La pasada jornada, el mercado volvió a estar salpicado de especulaciones. Esta vez, el ojo de la bolsa se posó una vez más en el sector del ladrillo, concretamente en un peculiar triángulo: OHL, Sacyr Vallehermoso y Eiffage.La inmobiliaria gala no oculta que considera hostil la presencia de Sacyr en su accionariado. De hecho, desde que el 28 de febrero la constructora española entró por sorpresa en el capital de la francesa con la compra del 5 por ciento -actualmente tiene más del 30 y es el accionista mayoritario-, su relación ha sido un tira y afloja continuo. Algunas de cal, como el rechazo de la junta general a la entrada de Sacyr en su consejo, o la ampliación de capital llevada a cabo para reducir el peso de la constructora; otras de arena, como el acercamiento de ambas compañías y la intención de cooperar en algunos proyectos.Cuando las aguas parecían volver a su cauce, el diario francés La Tribune ha resucitado los fantasmas de antiguas rencillas al decir que Eiffage está negociando con su participada OHL para que ésta le ayude a destronar a Sacyr.Parece que durante toda la jornada los inversores dieron cierta credibilidad a esta noticia, ya que los títulos de OHL se quedaron al borde de los 20 euros al cierre de la sesión, tras subir un 2 por ciento.Sin embargo, después de que el mercado cerrara sus puertas, OHL notificó a la CNMV que no es el caballero andante de Eiffage, que "no existen" las "negociaciones" de las que se hizo eco el diario francés.Sin embargo, la historia de Eiffage no es la única por la que Sacyr es el centro de todas las miradas del parqué. La constructora también ha sido noticia las pasadas jornadas por su entrada en Repsol, y por la noticia de que finalmente pretende controlar el 20 por ciento de la petrolera.