La lenta apreciación del yuan podría agotar la paciencia del Tesoro norteamericanomadrid. La cuenta atrás llega a su fin. Salvo retraso, hoy está previsto que la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos, el brazo económico de la Casa Blanca, publique el informe en el que puede acusar a China de manipular el valor de su divisa, el yuan, para sacar provecho comercial. Si finalmente se atreve a dar este paso, una posibilidad sobre la que ya se especuló en 2005, se abriría una nueva etapa en las relaciones comerciales entre ambos países y en el mercado de divisas. No en vano, la legislación norteamericana contempla que las autoridades pueden tomar represalias, en forma de tarifas y aranceles especiales, si el Tesoro concluye que alguna nación, en este caso China, se sirve de su moneda para que sus productos resulten más baratos en el exterior. Marejada diplomáticaDe la mano del secretario del Tesoro, John Snow, la diplomacia estadounidense ha presionado de forma insistente a China desde finales de 2003 para que eleve el valor del yuan. Ante el escaso éxito de estas medidas, en el informe difundido en mayo del año pasado el Tesoro norteamericano ya mencionó la posibilidad de nombrar a China "socio manipulador de divisas". Sin embargo, la tensión existente entre ambas potencias se relajó el 21 de julio de 2005, cuando el país asiático revaluó su moneda un 2,1 por ciento, hasta los 8,1 yuanes por dólar. En ese momento, desde el exterior se interpretó que era un primer paso al que sucederían otros. Pero los propios responsables chinos ya advirtieron desde el principio que no cabía esperar movimientos muy rápidos. Y el tiempo lo ha confirmado, porque desde entonces el yuan apenas ha subido un 1,2 por ciento más. Pese a que China ha defendido su postura de ir elevando gradualmente el tipo de cambio del yuan, las autoridades norteamericanas entienden que ese ritmo no está siendo lo suficientemente rápido. Sobre todo, porque el 28 por ciento del histórico déficit comercial que acumuló Estados Unidos en 2005 procedió de China, una tendencia que la Casa Blanca vincula a que el gigante asiático maneja artificialmente su moneda para incrementar sus exportaciones. Ayer, el yuan se intercambiaba a 8,004 unidades por dólar, su precio más alto en un mes.