Los mercados financieros no son ajenos a la climatología. Y no sólo porque los operadores lleguen a sus puestos de trabajo ataviados con largos y cálidos abrigos, guantes y bufandas en fechas como las actuales, sino también porque el tiempo influye en las cotizaciones. ¿Un ejemplo? Lo ocurrido ayer en el mercado de materias primas con el petróleo.Hasta las siete de la tarde -hora española-, la cotización del crudo estaba protagonizando un repunte próximo al 2 por ciento. De hecho, el barril Brent, de referencia en Europa, estuvo a punto de recuperar la cota de los 64 dólares, mientras que en Estados Unidos el West Texas Intermediate (WTI) rozó los 63,5 dólares. Este empuje respondía a que el mercado daba casi por hecho que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortará de nuevo su producción en la reunión del próximo jueves, 14 de diciembre. En ese momento, las nubes que dibujaban esos precios dieron paso a unos claros mucho más tranquilizadores para los mercados. Y todo porque el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos anunció que, según sus predicciones, las temperaturas serán más altas de lo normal entre el 12 y el 16 de diciembre. Es decir, durante esos días hará falta menos combustible para hacer frente a un frío que apenas existirá. Estas previsiones congelaron los precios el crudo hasta el punto de apartarlos de las subidas y llevarlos a terreno negativo. Así, el Brent acabó bajando un 0,6 por ciento, hasta los 62,2 dólares por barril. En el caso del norteamericano WTI, su cotización cayó un 0,61 por ciento, hasta los 62,11 dólares.