No hubo continuidad en los nubarrones desplegados la semana pasada. Los principales índices norteamericanos, con la tecnología en cabeza, consiguieron cerrar en zona de máximos tras abrir a la baja. Hasta los más jóvenes traders americanos recuerdan que el reparto del poder entre demócratas y republicanos no es forzosamente malo para Wall Street. En efecto, aunque los índices no hayan podido romper sus resistencias, cabe subrayar que fue una muy buena semana desde el punto de vista técnico, sobre todo para el Nasdaq Composite. Quizás el triunfo demócrata pueda justificar cierta rotación, tanto en valores de la vieja economía como títulos de la mal llamada nueva economía. Se trata de lo que los analistas americanos llaman los valores de San Francisco, aludiendo al espíritu innovador y a la efervescencia tecnológica de la zona. Al haberse quedado atrás la parte más importante de la subida de los bonos, quedan muchas incertidumbres tanto sobre la economía como sobre varios valores del Dow bajo la presión demócrata y es lógico que la nueva mayoría en el Senado americano despierte ciertos sueños de los años 90. Si bien es cierto que el Nasdaq Composite no batió resistencias de su pauta expansiva, no lo es menos que rompió al alza tres velas semanales de consolidación tras alcanzar la zona de máximos anuales. Nosotros no hemos olvidado la idea de que puede existir una grandiosa pauta de cabeza y hombros invertida que invita al sector tecnológico a un acercamiento a los máximos históricos.