M. Continuo

Ochenta muertos en Pakistán en venganza por Bin Laden



    CHARSADDA, Pakistán (Reuters) - Unos suicidas atacaron el viernes una academia paramilitar en Pakistán matando al menos a 80 personas en venganza por la muerte de Osama bin Laden, mientras el enfado por la operación estadounidense contra el líder de Al Qaeda no daba señales de alivio.

    Horas después de la explosión, la atención se centraba en el Parlamento, donde los jefes de seguridad informaron a los legisladores sobre la muerte de Bin Laden, que ha sido un bochorno para Pakistán.

    El jefe de la agencia de inteligencia fue citado diciendo que está dispuesto a asumir las consecuencias si se comprueba que hubo negligencia criminal.

    Unos comandos estadounidenses volaron desde Afganistán el 2 de mayo para matar a Bin Laden en una villa en Abbottabad, al norte de la capital paquistaní, Islamabad.

    Pakistán dijo que la muerte de Bin Laden era un paso importante en la lucha contra la militancia, pero está furioso con el operativo secreto estadounidense que describió como una violación de su soberanía.

    La revelación de que Bin Laden estaba escondido en Abbottabad, cerca de la principal academia militar del país, aumentó las sospechas en Estados Unidos de que las fuerzas de seguridad paquistaníes sabían dónde se encontraba.

    Los simpatizantes de Bin Laden prometieron vengar su muerte y los talibanes paquistaníes dijeron que el ataque el viernes de dos suicidas contra una academia paramilitar en Charsadda, en el noroeste, fue su primera represalia.

    "Habrá más", dijo el portavoz talibán Ehsanullah Ehsan por teléfono desde un lugar no revelado.

    Los atacantes detonaron sus explosivos cuando los reclutas se retiraban para el descanso del fin de semana. Fuera de la academia había charcos de sangre en el suelo y los heridos, cuyas ropas quedaron desgarradas por la metralla, eran evacuados en camiones.

    De los fallecidos, 65 eran reclutas. Otras 60 personas resultaron heridas.

    Shahid Ali, de 28 años, que se dirigía a su negocio cuando estallaron las bombas, intentó ayudar a los supervivientes.

    "Un niño pequeño que estaba tirado cerca de una camioneta destruida me pidió que lo llevara al hospital. Conseguí ayuda y lo metimos en un vehículo", señaló.

    Horas después del ataque, un avión no tripulado estadounidense disparó misiles contra un vehículo en la región de Waziristán del Norte, en la frontera con Afganistán, matando a cinco insurgentes, dijeron responsables de seguridad paquistaníes.

    Fue la cuarta incursión de ese tipo desde la muerte de Bin Laden. Los ataques de aviones no tripulados también son una fuente de fricción entre los aliados.

    Pakistán cuestiona oficialmente la táctica ya que considera que viola su soberanía y sostiene que las víctimas civiles que suelen causar los aviones complican su campaña contra los islamistas, que obtienen el apoyo de los pobladores locales.

    Estados Unidos dice que los ataques son conducidos en base a un entendimiento con Islamabad y ha dejado en claro que atacará a los islamistas en Pakistán cuando los encuentre.

    "VIVIA COMO UN HOMBRE MUERTO"

    Pakistán ha usado desde hace tiempo a los insurgentes como una herramienta para contrarrestar la influencia de su histórico rival India y se cree que ayuda a algunas facciones mientras lucha contra otras.

    Pero Islamabad ha rechazado como absurdas las sugerencias de que sus agencias de seguridad pudieron haber sabido dónde se escondía Bin Laden.

    Jefes militares y de inteligencia dieron un informe a puertas cerradas en el Parlamento sobre la operación que terminó con la vida de Bin Laden.

    "Si se determina cualquier responsabilidad nuestra y cualquier fallo es identificada, que nuestra negligencia fue negligencia criminal y hubo un fallo intencionado, entonces estaremos dispuestos a hacer frente a las consecuencias", dijo el ministro de Información, Firdous Ashiq Awan, al canal Express TV, citando al jefe de la agencia de Inter-Servicios de Inteligencia, teniente general Ahmad Shuja Pasha.

    Pasha agregó que matar a Bin Laden era un objetivo común para Pakistán y Estados Unidos, pero que Washington violó la soberanía paquistaní al realizar la operación por su cuenta.

    La misión estadounidense duró 40 minutos y las fuerzas usaron tecnología superior, incluyendo helicópteros sigilosos, que Pakistán no pudo detectar, dijo el ministro citando a Pasha.

    El jefe de la agencia de inteligencia también dijo que Bin Laden estaba aislado.

    "Ya habíamos matado a todos sus aliados, así que lo habíamos matado incluso antes de su muerte. Vivía como un hombre muerto", dijo Pasha ante el Parlamento.

    Desde la operación, algunos legisladores estadounidenses pidieron la suspensión de la ayuda a Islamabad y pusieron en duda su compromiso en la campaña contra los islamistas violentos.

    Pero el Gobierno del presidente Barack Obama enfatizó la importancia de mantener la cooperación con Pakistán para combatir a los militantes y generar estabilidad en el vecino Afganistán.

    El jefe del comité del Estado Mayor Conjunto paquistaní, el general Khalid Shameem Wynne, canceló una visita de cinco días a Estados Unidos prevista para el 22 de mayo.

    "Llamó a su homólogo estadounidense (...) y le informó que la visita no podía ser realizada bajo las actuales circunstancias", dijo un oficial militar a Reuters.

    No dio más detalles, pero la decisión se produjo mientras el comité de defensa del gabinete dijo que estaba revisando la cooperación con Estados Unidos en la lucha antiterrorista.

    Los parámetros de esa cooperación serán claramente definidos "en concordancia con los intereses nacionales de Pakistán y las aspiraciones del pueblo", dijo el comité en un comunicado.