M. Continuo

Una dividida Portugal pactará el rescate antes de las elecciones



    LISBOA (Reuters) - La perspectiva de una escasez en el crédito probablemente obligue a los políticos portugueses a enterrar sus diferencias y acordar los términos básicos de un rescate antes de las elecciones de junio, en unas conversaciones con los prestamistas que se llevarán a cabo esta semana.

    Los responsables de Bruselas y el FMI que se están dirigiendo a Lisboa se encontrarán con una campaña electoral con el telón de fondo de una segunda recesión en tres años y un aumento del desempleo, y dominada por una disputa sobre las nuevas medidas de austeridad que costó la caída del último Gobierno.

    Pero la calamitosa situación financiera del país deja a los partidos mayoritarios pocas opciones que no sean cumplir con los deseos de la Comisión Europea y acordar las condiciones antes de las elecciones anticipadas del 5 de junio.

    Con un valor estimado en 80.000 millones de euros, el paquete de rescate conllevará que los portugueses tengan que apretarse más el cinturón.

    "Creo que las guías, al menos un acuerdo mínimo, pueden ser acordadas, y lo serán, no existe margen para no hacerlo", dijo Andre Freire, politólogo del Centro de Investigación y Estudios Sociológicos en Lisboa.

    Portugal tiene 4.900 millones de euros en bonos que vencen a mediados de junio, además de pagos de cupón, financiación del déficit y deudas de compañías estatales, que los analistas dicen que requerirán que el paquete de ayuda esté en vigor para entonces.

    Las misiones de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se entrevistarán el martes con responsables de Gobierno para valorar la situación de Portugal.

    Las conversaciones sobre política comenzarán el lunes siguiente y las partes prevén alcanzar un acuerdo para mediados de mayo.

    "Es un ambiente desafiante con la campaña electoral, pero no pueden permitirse esperar tres meses. La situación apremiante implica que es posible un acuerdo", dijo Diego Iscaro, economista de la consultora IHS Global Insight en Londres.

    El Gobierno socialista, en minoría, que prevé que la economía se contraiga en un 0,9 por ciento este año, dimitió el mes pasado después de que el Parlamento, dominado por la oposición, rechazara un nuevo plan de austeridad cuyo objetivo era evitar el rescate.

    El Gobierno, que tiene poderes transitorios, culpa al principal partido de la oposición, los Socialdemócratas (PSD), que habían respaldado medidas previas de austeridad, de provocar una crisis política simplemente para derrocar al Gobierno. El PSD dice que los socialistas llevaron a Portugal a un callejón sin salida y que tenían que detenerlos.

    El duro tono probablemente domine la campaña electoral, pero los analistas dicen que el juego de atribuir la culpa al otro podría ayudar a ambos a justificar duros términos del rescate, incluyendo más recortes en los sueldos de los empleados públicos, más que impedir un acuerdo.

    "Cuanto más drásticas sean las medidas del acuerdo de rescate, más fácil es para los socialistas acusar al PSD de haber rechazado un programa más suave", dijo Filipe Garcia, responsable de la consultoría Informacao de Mercados Financeiros en Oporto.

    "El PSD también jugará la carta de la culpabilidad, pero dejando a un lado los juegos políticos, lo importante es que tiene que haber acuerdo. Los socialistas pidieron el rescate, el PSD y el PP lo apoyaron, y los europeos quieren evitar un contagio España así que quieren desembolsar la ayuda pronto", dijo García.

    El paquete de rescate probablemente establezca los mismos objetivos de reducción de déficit con los que el Gobierno se había comprometido previamente - reducción a un 4,6 del PIB este año, un 3% en 2012 y un 2 por ciento en 2013. El déficit del año pasado fue de 8,6%, por encima del objetivo del 7,3%.