M. Continuo

Las elecciones en Portugal generan poco entusiasmo



    LISBOA (Reuters) - Las elecciones presidenciales en Portugal se celebraron en medio de una crisis económica, pero en vez de incentivar a sus ciudadanos, pusieron de relieve una generalizada desilusión con la política.

    El candidato presidencial Anibal Cavaco Silva obtuvo un segundo mandato con alrededor del 53 por ciento de los votos en los comicios del domingo, venciendo a su rival más inmediato, Manuel Alegre, del gobernante partido Socialista.

    Sin embargo, hubo pocas señales de entusiasmo en una población preocupada por la pérdida de empleos y las dificultades económicas, por lo cual la participación fue menor al 50 por ciento.

    "La abstención récord demuestra la alienación y el descreimiento de los ciudadanos hacia la política. El presidente electo se encontrará con un país preocupado el día después de su victoria", dijo en un editorial el diario Publico.

    Aunque Cavaco Silva pertenece al opositor partido socialdemócrata, muchos analistas políticos perciben su permanencia en el poder como una garantía de estabilidad por el momento, mientras el endeudado Gobierno portugués lucha por evitar un rescate internacional.

    El ex profesor de economía y ex primer ministro ha apoyado los esfuerzos del primer ministro socialista José Sócrates por reducir el déficit presupuestario a través de medidas de austeridad, como recortes salariales a los empleados públicos y aumentos de impuestos.

    El diario Jornal de Noticias sostuvo que, en un momento de crisis, hubiera sido normal que los votantes se hicieran escuchar.

    "Es cierto que las elecciones de ayer no eran para elegir un Gobierno. Aun así, dadas las enormes diferencias entre los principales candidatos (...) nos podría haber permitido entender si los portugueses quieren un presidente más o menos intervencionista", argumentó.

    Muchos economistas e inversores creen que Portugal será forzado a aceptar, al igual que Irlanda y Grecia, un paquete de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, una decisión que podría provocar inestabilidad política y el colapso del Gobierno minoritario de Sócrates.