Ruta 10, un misterio que no existe y el cocodrilo de Valmayor
Pero para conocer y ver los efectos de ese misterio habrá que esperar al final del camino.
La Ruta parte, como otras tantas de este entorno, de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol colmenarejana y finaliza en la estación de las Zorreras, o bien como alternativa, en la san Yago, con un recorrido de 8,5 y 8,9 kilómetros respectivamente.
Se trata de un trazado de gran facilidad porque el desnivel máximo es de 77 metros, entre la cota máxima de 915 metros y una mínima de 838 metros, según los datos ofrecidos por la Comunidad de Madrid.
Tras salir de Colmenarejo se llega pronto a la zona recreativo de El Navazo para seguir camino al embalse de Valmayor, el segundo más grande de la Comunidad, tras El Atazar.
Merece la pena detenerse un poco en los alrededores de Valmayor, abastecido hoy mediante un sistema de trasvase (Las Nieves) por el Guadarrama y no directamente por el Aulencia, y no para ver el cocodrilo que no existió, sino para imaginar como era ese valle antes de la construcción de la presa.
La queja de ecologistas es que el embalse ha afectado seriamente a la fauna local y han desaparecido por ejemplo el lince ibérico y, por contra, han aparecido algunas especies invasoras agresivas en sus aguas, cuentan los pescadores.
También las merinas segovianas han tenido que cambiar de costumbres ya que, por ejemplo, su paso natural por el viejo Puente del Tercio es imposible al haber quedado sepultado bajo las aguas. Solo cuando el nivel de éstas baja es factible ver esta obra que data de los tiempos de Carlos III.
El observador, acompañado de su cámara, quedará decepcionado si lo que pretende es ver al cocodrilo, que en realidad fueron dos, que se supone vivían en las tranquilas aguas de este pantano.
Han pasado nada menos que 10 años y jamás se ha podido confirmar su existencia, algo así como el famoso monstruo del escocés lago Ness. Pero, nunca se sabe...
Se bordea el embalse, se continúa por la Cañada Real Segoviana con una subida muy liviana que lleva al punto más alto del recorrido desde donde se podrán observar y fotografiar la Sierra de Guadarrama, el embalse y los encinares que lo acompañan.
Y se llega al pueblo abandonado de Navalquejigo.
Se trata de un pueblo medieval que fue antes poblado carpetano y del que se conserva parte de la iglesia del siglo XIII, la picota y los restos de la plaza mayor.
El abandono del pueblo por parte de sus moradores no encierra misterio alguno, no hay fantasmas, no hay ruidos nocturno ni visiones, no hay apariciones. Solo un grupo de personas que trata de mantener algún tipo de vida.
La realidad es mucho más vulgar y se trata de una serie de pleitos entre personas físicas y jurídicas por propiedades y derechos de uso.
Ese viejo poblado carpetano pertenecía hasta 2003 a una conocida familia de promotores que vendió parte del pueblo a un empresario por un total de 90 millones de euros. Un mes después este empresario quiso vender lo comprado por cien millones pero no encontró comprador.
Al cabo de un año una constructora se hizo con gran parte del terreno y a los vecinos les llegaron cartas de desalojo a los habitantes que desde 1997 habían efectuado una labor de reconstrucción y de limpieza para devolver la vida el pueblo.
Recurrieron, ganaron el pleito y, por ahora, la pelota se encuentre en el tejado.
Lo cierto es que la Ruta 10 a su paso por esa zona ofrece un aspecto de cierto abandono, de cierta desolación, producto de la incertidumbre de lo que será el futuro.
Pese a todo el entorno permitirá al observador caminante cierto deleite con las vistas lejanas, muy superiores a las cercanas.
Txema Ruiz