Las industrias químicas generan 7.822 millones
Esther Porta
En la Comunidad de Madrid hay más de 600 compañías, en su mayoría pymes, centradas sobre todo en la producción de detergentes y la cosmética, y que facturan el 13,5% del total del sector en España.
El sector químico español genera actualmente un 12,6 por ciento del PIB industrial. Con una cifra de negocios superior a 59.000 millones de euros en 2016, de los que 32.473 millones de euros se realiza en mercados internacionales, este sector es el segundo mayor exportador de la economía española. Genera además más de 540.000 empleos directos, indirectos e inducidos. "La industria química española, con una cifra de negocios de más de 55.000 millones de euros, genera actualmente el 11 por ciento del PIB y registró en 2013 unas ventas superiores a 30.000 millones de euros en mercados internacionales, a los que ya destinamos el 55 por ciento de la producción. Desde 2000, las exportaciones han crecido un 156 por ciento; se trata por tanto de un sector internacionalizado y competitivo", explica Juan Antonio Labat, director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique).
Y, aunque la mayor implantación de industria química se sitúa principalmente en Cataluña -en concreto en Tarragona, donde se ubica el principal polo petroquímico del arco mediterráneo- y en Huelva, las empresas químicas radicadas en Madrid generan 7.822 millones de euros anuales, es decir, el 13,5 por ciento del total de la facturación del sector en nuestro país.
La industria química española se compone de más de 3.000 empresas, de las que más del 95 por ciento son pequeñas y medianas empresas, "pero aun así, se trata de un sector sólido en el que el 40 por ciento de las empresas superan los 20 años de actividad", explica Labat.
Por su parte, la estructura del sector en Madrid responde al tejido empresarial del resto de España, siendo también mayoritariamente pymes. En esta Comunidad hay más de 600 empresas cuya actividad se desarrolla dentro del sector químico (CNAE 20 y 21). Se sitúan mayoritariamente en el noreste de la geografía madrileña: Alcalá de Henares, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Tres Cantos y Torrejón de Ardoz, aunque también existen zonas de fuerte implantación en otros puntos como Aranjuez.
"Si tenemos en cuenta la distribución sectorial de la cifra de negocios, las especialidades farmacéuticas continúan siendo el subsector más representativo al aportar el 21,4 por ciento de esta cifra de negocios, seguido de materias primas plásticas, con un 19,1 por ciento del total", apunta Labat. En Madrid, la industria química está sobre todo centrada en la producción de detergentes y cosmética (30 por ciento del total) y otros productos de consumo final, en la fabricación de especialidades farmacéuticas (20 por ciento), y en la química básica -fertilizantes, plásticos, caucho sintético, compuestos nitrogenados, etc.-.
Con respecto a los retos que se plantea el sector, Labat lo tiene claro: "Nuestro reto es seguir focalizando nuestra competitividad en la especialización, apostando por la I+D+i con el fin de diversificar nuestra actividad con productos de mayor valor añadido que el de nuestros competidores, como de hecho ya se está haciendo. Si consideramos el sector químico como un commodity, perdemos nuestro valor diferencial; sin embargo, la investigación es lo que nos permite realmente evolucionar para ir cubriendo nuevas demandas sociales y por tanto nuevas oportunidades de negocio". Y es que, como explica el director general de Feique, no se debe perder de vista que la química está presente prácticamente en la totalidad de sectores económicos al contribuir de forma constante a ofrecer soluciones globales y sostenibles a un amplio abanico de retos y demandas sociales relacionados con la energía y el cambio climático, agua y alimentación, crecimiento demográfico y salud, mantenimiento de recursos naturales y protección del medio ambiente, proyección que sostiene perfectamente unas positivas perspectivas de crecimiento para el sector a medio y largo plazo.
Como cualquier sector productivo, no está exento de problemas; "la política energética es la gran asignatura pendiente -aunque no la única para la industria- en nuestro país. Los costes son, en España, desorbitados y constituyen hoy el primer hándicap para el desarrollo de una economía industrial. Aun reconociendo diversas mejoras, hoy tenemos precios del gas y la electricidad entre un 15 y un 20 por ciento superiores a los de las principales economías europeas. Esto no es sostenible, y es necesario reducir la fiscalidad sobre la producción y trasladar a los Presupuestos Generales del Estado los costes sociales del sistema". También otros factores como las infraestructuras o los costes regulatorios, son aspectos clave para ser competitivos o no. "La industria química se desarrollaría en todo su potencial si se proyectan infraestructuras logísticas y de transporte dinámicas, si se genera un marco regulatorio y fiscal estable que estimule la inversión y no origine inseguridades y duplicidades jurídicas que acarrean costes innecesarios, y, por supuesto, si se incrementa el porcentaje del PIB destinado a I+D+I".
En definitiva que, para Lavat, una verdadera política industrial que dé prioridad a estos factores les dotaría de la solidez y resistencia que otros países más industriales han demostrado durante la crisis. "Por supuesto, introducir estos cambios depende principalmente de acciones políticas", concluye el director general de Feique.