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Selección de cinco novelas de Miguel Delibes

    En la imagen, el escritor Miguel Delibes.


    Es cierto que detrás de Miguel Delibes habita la estela de una obra fecunda, ética y universal. Más de cincuenta títulos -principalmente novelas y en menor medida relatos breves, ensayos, diarios, memorias y libros viajeros- que van de "La sombra del ciprés es alargada" (1948), su estreno novelístico y premio Nadal, al ensayo "La tierra herida" (2005), su último testimonio de defensor de la naturaleza.

    Si hay que elegir cinco novelas que resuman la vida y trayectoria del gran escritor vallisoletano, cada lector tendrá, evidentemente, sus preferencias. Aquí vamos a quedarnos con cinco obras maestras, sin duda: El camino, Los santos inocentes, Diario de un cazador, Cinco horas con Mario y El hereje. Una elección complicada, ¿por qué no Las ratas? ¿Por qué no El disputado voto del señor Cayo? ¿Mi idolatrado hijo Sisí? ¿Las guerras de nuestros antepasados?

    El camino (1950)

    Mal leída por quienes la han encasillado como novela juvenil, es una de las grandes novelas de Delibes. Sin duda. En ella está Delibes al completo: realista y brillante, de humor sutil, nostálgico y, sobre todo, tierno y vitalista. Ese Delibes de lenguaje extraordinario y un poder omnímodo para encantar al lector con esta mirada al mundo rural, personificada en ese personaje imborrable que es Daniel El mochuelo y, con él, Roque el Moñigo y Germán el Tiñoso, y ese sentimiento tan humano de que nada se hecha en falta hasta que se pierde.

    Diario de un cazador (1955)

    Lorenzo, protagonista de esta novela, es uno de los grandes personajes de Delibes. Optimista, desenfadado, bedel de instituto y cazador. Lorenzo anota en su diario, con un lenguaje expresionista y lleno resonancias populares, no sólo sus andanzas cinegéticas, sino también su modesta existencia junto a su madre viuda y a su novia Anita, con la que acabará, aunque no en esta novela, casándose. Otro Delibes, pero que sienta los cánones de la novela cotidiana que, décadas después, triunfará en la literatura francesa y anglosajona.

    Los santos inocentes (1981)

    Emocionante, sobria, perfecta. España de caciques y de sumisión, en la que Delibes enmarca a dos personajes únicos, dos inocentes: la Niña Chica y Azarías. Un lenguaje realista y riguroso, ampara una novela de dignidad y de compromiso contra el sometimiento, la ignorancia y el desprecio. Mario Camus le puso a Azarías el rostro de Paco Rabal y su "milana bonita", para acabar de redondear el prestigio inacabado de una novela fundamental para comprender a Delibes y esta España nuestra.

    Cinco horas con Mario (1966)

    En una capital de provincia indeterminada de Castilla, Carmen (Menchu) acaba de quedar viuda y, tras el ajetreo de recibir el pésame de familiares, amigos y conocidos, se queda sola en casa para velar el cadáver de Mario. Como forma de conocer mejor al que había sido su marido, lee pasajes marcados por él en una Biblia, y ese texto despierta en ella recuerdos de amarguras, agravios y rencores de su pasada vida en común. Pocas obras suscitan en este monólogo retratar un tiempo y una época sin prejuicios, exponiéndola en una noche de duelo, de pasión, de memoria.

    El hereje (1998)

    Cuando ya parecía, él mismo lo había sugerido más de una vez, que no habría más novelas inéditas de Delibes, sorprendió con una novela de la España de siglo XVI. Nunca antes había hecho algo similar. No obstante, en ella está el Delibes de siempre: lo rural y lo urbano, la caza y la naturaleza, un hombre frente al mundo que lo rodea y lo aturde. Este hombre es Cipriano Salcedo, acaudalado comerciante, nacido el mismo año que la Reforma de Lutero. En un paisaje de desamor y soledad, Delibes narra un siglo de inquisición y de temor, para, en cierto modo, erigir una novela más sobre la libertad de pensamiento y los peligros que le acechan.