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Los Mossos avisan que responderán con firmeza si hay más violencia urbana



    Barcelona, 24 may (EFE).- Los Mossos d'Esquadra han atribuido hoy los incidentes de anoche en el barrio de Gràcia de Barcelona a un grupo de unas 200 personas que provocaron "actos de violencia urbana organizada muy graves" y han advertido que si esta noche vuelve a haber incidentes, la policía responderá de nuevo con firmeza.

    En rueda de prensa, el portavoz de los Mossos d'Esquadra, el intendente Xavier Porcuna, ha asegurado que la policía catalana tuvo que intervenir anoche "sí o sí" para dispersar a los alborotadores porque estaban poniendo en riesgo la seguridad de las personas y la integridad de los bienes públicos y privados, al incendiar contenedores y volcar vehículos en las callejuelas de Gràcia.

    Ante esta situación, Porcuna ha advertido que si el colectivo okupa vuelve a convocar hoy una manifestación para protestar por el desalojo ayer del "banco expropiado", los Mossos tendrán como prioridad garantizar el derecho a la libertad de expresión, aunque si se reproducen actos de "violencia urbana" como los de anoche la respuesta policial será "firme" de nuevo, por lo que ha recomendado "encarecidamente" a los manifestantes pacíficos que se vayan a la mínima que vean disturbios.

    Según Porcuna, los incidentes de anoche, que se saldaron con catorce mossos heridos leves y un detenido, estuvieron provocados por un grupo de unas 200 personas, que ha definido como "gente violenta que aprovecha el anonimato de la masa" y que actuaron de forma "premeditada" con el objetivo de "crear miedo" y cometer actos de violencia urbana graves, entre ellos incendiar contenedores, volcar un coche y varias motos y arrojar disolvente a una furgoneta policial con el objetivo de incendiarla.

    El portavoz de los Mossos ha reconocido que la actuación policial de anoche fue "firme", ya que se dispararon proyectiles de precisión, se hicieron cargas con porras y se utilizaron cañones de sonido, aunque los agentes respetaron en todo momento los principios de oportunidad, congruencia y proporcionalidad.

    El grupo violento, según Porcuna, actuó de forma "premeditada", como lo demuestra a su juicio el hecho de que llevaban material preparado para provocar desperfectos, entre otros bolsas con piedras, pastillas de combustión para encender barbacoas y material pirotécnico.

    Tras partir de la plaza de la Revolución, la manifestación de protesta por el desalojo del "banco expropiado", del que el exalcalde Xavier Trias (CiU) pagó en 2015 el alquiler anual de 65.500 euros para evitar que los okupas fueran expulsados, se desarrolló con algunos incidentes puntuales, como los destrozos en un escaparate de la calle Torrent de l'Olla, ante lo que los Mossos optaron por no intervenir.

    La situación empeoró a partir de las diez de la noche, cuando los casi 600 manifestantes llegaron a la zona del 'banco expropiado': una vez que la mayoría de participantes se fueron, se quedó un grupo de unas 200 personas, algunas de las cuales iban encapuchadas o con cascos, que cometieron "actos de violencia urbana organizada graves", según Porcuna.

    En concreto, el portavoz de los Mossos ha detallado que intentaron serrar con radiales las placas metálicas con la que se había blindado el acceso al edificio, volcaron un vehículo y varias motos, quemaron un camión de BNeta, levantaron barricadas e incendiaron contenedores.

    En este escenario de "violencia urbana", los Mossos tuvieron que intervenir "sí o sí", según el portavoz, porque la situación era "muy grave", ya que se ponía en peligro la seguridad de las personas, de los bienes públicos y privados y había "peligro inminente" de que el fuego se extendiera a los pisos de las callejuelas de Gràcia.

    Los Mossos dieron entones el habitual aviso por megafonía advirtiendo a los alborotadores que si no desistían de su actitud procederían a dispersarles, ante lo que lo que éstos respondieron arrojando piedras, palos y botellas a los agentes e incluso, en un hecho sin precedentes hasta ahora, lanzaron pintura y disolvente a una furgoneta de los antidisturbios y le tiraron material pirotécnico para que se incendiara, aunque no lo lograron.

    Ante esta situación, los Mossos empezaron a cargar, por lo que se desató una batalla campal que se prolongó hasta las 23.00 horas, con pequeños conatos en varias callejuelas, donde se refugiaron algunos de los violentos, porque allí no pueden acceder las furgonetas policiales, y también causaron desperfectos en el mobiliario urbano y en contenedores.

    En el marco de la operación policial, los Mossos detuvieron a un supuesto alborotador cuando, según la policía, estaba incendiando un contenedor. Tras el arresto, el detenido fue atendido por un médico del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), a requerimiento de la policía catalana, para comprobar que no sufría lesiones.

    Durante el operativo, un total de catorce agentes tuvieron que ser atendidos por lesiones leves, mientras que ningún manifestante recibió atención médica en el lugar de los hechos, aunque algunos de ellos mostraron en las redes sociales las lesiones sufridas por porrazos o por el impacto de proyectiles de precisión.

    Los Mossos d'Esquadra mantienen una investigación abierta para tratar de identificar y detener a los alborotadores.