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Ni profesional ni aficionado: el secuestro extorsivo no es rentable en España



    Madrid, 16 mar (EFE).- El secuestro de la farmacéutica de Olot, uno de los más famosos en nuestro país, fue llevado a cabo por profesionales. No así el de Anabel Segura, que también mantuvo en vilo a los españoles pero perpetrado por "aficionados". Cara y cruz del secuestro extorsivo, un delito nada rentable en España.

    Quizá por ello -y fuera de los que se cometen relacionados con ajustes de cuentas por asuntos de droga-, en España son muy pocos los secuestros extorsivos, es decir, los que tienen un móvil estrictamente económico y cuya víctima, por lo tanto, es elegida por su estatus. No se producen más de seis o siete al año.

    Fue con el secuestro de la farmacéutica de Olot con lo que la investigación de este tipo de delitos dio un salto cualitativo, al menos en el grupo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, como explica a Efe el teniente José Miguel Hidalgo.

    Al principio se creyó que era una acción de ETA y en la investigación participaron fuerzas de seguridad y unidades de todo tipo, hasta que la UCO se hizo cargo, recopiló toda la información, integró a todos los que habían participado, se puso manos a la obra y se produjo el feliz desenlace.

    Un suceso que permitió a esta unidad de la Guardia Civil ir creando una "doctrina" de trabajo para que la investigación llegue a buen puerto.

    "Hay que especializarse en la entrevista, en la comunicación -no es lo mismo hablar por teléfono que cara a cara-, en el trato con personas que pasan por un situación especial y en la convivencia con las familias de las víctimas sin ser un lastre más", subraya Hidalgo.

    Y dejan claro que la "tensión" que genera este tipo de investigación no es comparable con la de cualquier otra, porque se está jugando con la vida de una persona y hay que medir concienzudamente cada paso para lograr el objetivo: que el secuestrado pueda volver a su casa sano y salvo.

    No son negociadores ni mediadores. Los agentes del grupo de Secuestros y Extorsiones de la UCO son una especie de "asesores" de las familias -que finalmente son las que deciden- para que no comentan errores que puedan costar la vida al secuestrado y con las que se convive las 24 horas del día.

    Lo más complicado y peligroso, insiste a Efe Hidalgo, es cuando el secuestro lo perpetra gente "no profesional", como ocurrió con Anabel Segura, a la que enseguida mataron porque sus captores no sabían qué hacer con ella. "Los principiantes son peligrosos. Pueden llegar matar a su víctima simplemente para que no les identifique", dicen los miembros de la UCO.

    Porque cometer un secuestro extorsivo no es tan fácil. Se necesita una infraestructura adecuada para ocultar a la víctima, cuidarla para que no enferme, vigilarla continuamente... En suma, se trata de un negocio y, por lo tanto, para que sea rentable tiene que estar perfectamente planificado.

    Aunque en España se puede pagar rescate salvo en secuestros de terrorismo, en muy pocas ocasiones se llega a este extremo, ya que la eficacia de la investigación es muy alta. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil resuelven el 99 por ciento de los casos.

    No es así en Latinoamérica, donde el secuestro -desde el exprés hasta el virtual- se ha convertido en un gran negocio. Como gráficamente dice Hidalgo, hay organizaciones "Secuestros S.A." que invierten en este delito para obtener un beneficio rápido.

    De todos modos sí se han producido en España algún caso en que la familia ha llegado a pagar ingentes cantidades antes de dar cuenta a las fuerzas de seguridad del secuestro, como la que desembolsó recientemente 100.000 euros antes de avisar a la Guardia Civil.

    Que avisen cuanto antes y que no se desprendan de propiedades fundamentales son algunos de los consejos que quiere trasmitir a las familias la UCO, que cuenta con un teléfono de atención permanente para estos casos: el 638 33 52 82.

    Muchas veces las familias no se atreven a denunciar por vergüenza (hay "cifra negra" en este delito, es decir, casos que no afloran), y otras veces, si se alarga el tiempo, intentan recurrir a otras fuentes, como adivinos o videntes. La UCO advierte contra aquellos que intentan "sacar dinero de la desgracia ajena".

    La UCO no solo ha actuado en España, sino que sus agentes han resuelto secuestros como en de la niña Nada, una marroquí residente en Cataluña que tuvo que convivir con su secuestrador 7 meses en Bolivia en condiciones infrahumanas.

    O en Túnez, donde liberaron a Faustino Orbegozo Gaztañaga, hijo del industrial guipuzcoano Saturnino Orbegozo, secuestrado por ETA en 1982.

    Venezuela, México, Colombia o Brasil son otros países en los que ha actuado la Guardia Civil, que actualmente preside la Red Iberoamericana de Secuestros y forma parte de la Red Europea Antisecuestros.