El perro que halló los restos humanos en A Veiga, en la proclamación del Rey
El perro, que recibe el nombre de Pipo y que ha permanecido dos años en el servicio del Instituto Armado, cuenta con el mérito de haber descubierto estos restos humanos tras cuatro años infructuosa búsqueda, en los que se llegaron a utilizar hasta georradares.
Este malinois, una de las cuatro variedades que del pastor belga, formó parte del dispositivo de seguridad en la proclamación del nuevo Rey Felipe VI, antes de incorporarse a la búsqueda del holandés.
El cánido se sumó a las labores de rastreo tres días después de haber localizado la Guardia Civil el vehículo calcinado, un Chevrolet Blazer, como el que tenía este holandés, vecino de la localidad de Petín, a la que llegó hace diez años con el fin de emprender una nueva vida.
Con dos años de experiencia, Pipo está especializado en rastrear huesos y sangre y es capaz de discriminar esos elementos de cualquier otro, por lo que está previsto que siga en los montes de A Veiga en las próximas horas para proseguir la recogida de muestras y restos óseos, ha explicado la Guardia Civil de Ourense.
Actualmente, la investigación de los restos óseos humanos hallados en A Veiga, donde se encontró el coche calcinado del holandés, tiene como principal hipótesis el homicidio de este hombre cometido por uno o varios autores y no se descarta la implicación de alguien del entorno.
Tres agentes de la Guardia Civil de Ourense, tres del Equipo de Inspecciones Oculares, dos forenses, el juez de O Barco de Valdeorras y el secretario judicial, y este perro pastor participan hoy en el rastreo y evaluación de los restos encontrados a unos 50 metros del coche calcinado de Martín Verfondern.
El Juez de Primera Instancia e Instrucción número 2 de O Barco, Roberto Barba, ha decretado el secreto de sumario en el caso de la muerte de Martin Werfondern, vecino de Santoalla (Petín).