La población carcelaria de EEUU aumentó 430 por ciento en las últimas tres décadas, según HRW
El informe "Un país entre rejas: una solución de derechos humanos" denuncia las "políticas de justicia penal punitiva" que han hecho de Estados Unidos el país con la tasa declarada de encarcelación más alta del mundo, y pide "reformar las sentencias penales excesivamente rigurosas".
HRW indicó que, a lo largo de los últimos 30 años, el número de prisioneros en las cárceles federales ha crecido un 720 %, mientras que en las estatales se ha incrementado en un 240 %.
Más de la mitad de los prisioneros sentenciados a un año de cárcel o más, el 53,4 %, cumple condena por crímenes no violentos, mientras que uno de cada nueve convictos (alrededor de 159.000 en total) está condenado a cadena perpetua.
Asimismo, más del 40 % de todos los procesos penales federales y casi el 30 % de los ingresos en prisión son por delitos de "entrada y reingreso ilegal" al país, apuntó HRW.
La organización también criticó que el encarcelamiento de inmigrantes "a menudo afecta a las personas que tratan de reunirse con sus familias en Estados Unidos o que huyen de la persecución".
Además, HRW destacó la desigualdad racial en las condenas a prisión: por cada 100.000 habitantes de cada grupo de raza y sexo, hay en la cárcel 3.023 hombre negros, 478 hombre blancos, 129 mujeres negras y 51 mujeres blancas.
La ONG también detectó "pasos en la dirección correcta" como que el Congreso estadounidense contemple una reforma para incrementar la discreción judicial y reducir así ciertas sentencias por drogas o que la Administración del presidente Barack Obama haya pedido a los fiscales que eviten los cargos a traficantes a pequeña escala.
"Hay un creciente reconocimiento a nivel nacional de que las leyes desproporcionadamente duras no son necesarias para proteger la seguridad pública y asegurar que los delincuentes rindan cuentas por sus delitos", afirmó Jamie Fellner, coautora del informe y asesora sénior del programa sobre Estados Unidos de HRW, en un comunicado.
Sin embargo, para la organización humanitaria, Estados Unidos tiene "más camino por recorrer".
En este sentido, HRW instó a los legisladores estadounidenses a que reformen las leyes que impiden a los jueces adaptar las penas al delito individual y que se aseguren de que el derecho penal no esté sesgado por su contenido o ejecución en contra de cualquier grupo racial, étnico o religioso.
También reclaman que se reduzcan o eliminen las sanciones penales para las personas que han incumplido las leyes de inmigración, especialmente aquellas cuyo único delito ha sido entrar al país sin documentos legales, y que se garantice que los adolescentes sean tratados de una manera apropiada a su edad.