Los jefes militares EE.UU rechazan que se limite su autoridad en casos de abusos
En una audiencia ante el comité de servicios armados de la cámara alta, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey, rechazó que los altos mandos sean apartados ya que, según dijo, podría afectar negativamente a las misiones de las Fuerzas Armadas.
"La reducción de la responsabilidad del mando podría afectar negativamente a la capacidad del comandante para hacer cumplir las normas profesionales y, en definitiva, para cumplir la misión", dijo Dempsey al comité.
Algunos legisladores, encabezados por la senadora Kirsten Gillibrand, pretenden promover una ley que suprima la capacidad de los altos cargos militares de decidir cuándo un delito cometido por un miembro de las Fuerzas Armadas bajo su autoridad se somete o no a juicio.
El Congreso debate siete proyectos de ley para atajar los miles de casos de abusos sexuales entre los militares.
"El asalto y el acoso sexual son como un cáncer dentro de las Fuerzas Armadas, un cáncer que se dejó sin tratar y que destruirá el tejido de nuestra fuerza", dijo el general del Ejército Ray Odierno.
"Es imperativo que adoptemos un enfoque integral para prevenir ataques, para proteger a nuestro pueblo y, en su caso, procesar las irregularidades y responsabilizar a la gente", añadió ante los legisladores.
El jefe de la Fuerza Aérea, general Mark Welsh, expresó también su preocupación, e insistió en que, en su caso, "los comandantes tienen la autoridad para hacer que los aviadores sean responsables de su mala conducta. Es crucial para la construcción de unidades disciplinadas, que estén listas para el combate".
Uno de los proyectos de ley que se plantea el Senado es el propuesto por la senadora demócrata Kirsten Gillibrand, que pretende separar a los comandantes en la toma de decisiones sobre procesos por delitos graves, incluyendo casos de mala conducta sexual.
El texto, apoyado por cuatro republicanos, también le quitaría la autoridad a un comandante para convocar un consejo de guerra.
Esa responsabilidad recaería en un nuevo fiscal militar fuera de la cadena de mando, aunque los comandantes mantendrían su autoridad actual en procesos legales en casos de espionaje, robo, sedición y conducta impropia.
Un informe del Pentágono publicado a principios de reveló que hasta 26.000 militares pueden haber sido víctimas de abusos sexuales en 2012, un 6 % más que el año anterior.