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Exconcejal del PP dice que tiene la conciencia tranquila pero dimitirá si se lo pide el partido
Fernández Díaz, detenido ayer en el marco de la segunda fase de la operación Pokemon, llamada "Manga", quedó en libertad, pero imputado por un supuesto delito de tráfico de influencias, según informaron a Efe fuentes jurídicas.
Joaquín Fernández recordó que es "un profesional liberal", que se dedica a realizar "trabajos de consultoría" y que se gana "así la vida". "Soy un político raro, no estoy liberado, es mi trabajo desde hace muchos años", insistió.
Con respecto a su relación con la empresa Aquagest, dijo que fue "comercial para Asturias" y hacía ahora "labores comerciales y de relaciones públicas y asesoramiento, un cargo también muy pequeño".
De José Luis Míguez, gerente de esa misma empresa en Santiago y al que la jueza envió a prisión, dijo que es "un compañero de trabajo", pero que no tenía "ninguna relación con él".
De hecho recordó que, a día de hoy, tiene una "pequeña responsabilidad política", que es ser "presidente del partido" en su "pueblo", porque hace años que dejó de ser concejal.
Por ello, anunció que reflexionará y que "tomará la decisión mejor para el Partido Popular de Asturias".
"Hablaré con mis compañeros de partido y, si ellos lo ven conveniente dimitiré, y si no seguiré en mi puesto. Tengo un congreso local el día 1 de marzo y todavía no había decidido si me presentaba o no. Soy presidente del PP en un pueblo donde gobiernan los socialistas desde el año 79. No tengo ningún tipo de relevancia política, ni soy una persona de la primera línea de la política", precisó.
En la misma línea, después de "20 años" afiliado al PP, aseguró que "bajo ningún concepto" perjudicará al partido, por lo que tomará la "mejor decisión para la organización".
"He quedado en libertad, tengo que personarme en el Juzgado de Avilés los días 1 y 15. Confío totalmente en la Justicia, vamos a dejarla trabajar, he dado las explicaciones oportunas, tengo la conciencia muy tranquila y no creo que tenga que tener ningún tipo de problema", afirmó Joaquín Fernández.
Además, recordó que, a diferencia de lo que hicieron otros detenidos, en ningún momento se puso "una chaqueta sobre la cabeza", porque dijo que no tenía "nada que ocultar".
También expresó su confianza "en la Administración de Justicia" y en que al final "todo quede clarificado", porque no tuvo nada que ver "con ningún tipo de cuestión irregular".
"En su momento, habrá sentencia y saldré absuelto", aseguró.
A las puertas de los juzgados de Lugo, después de prestar declaración durante dos horas ante la jueza instructora, reconoció que se siente "sorprendido" y "disgustado", porque pasó la noche en los calabozos, algo a lo que no está "acostumbrado".
"Sólo tengo multas de tráfico y es una situación para mí anómala, también por el revuelo de medios", afirmó Fernández Díaz.
Aprovechó su intervención ante los medios de comunicación para pedir "respeto" a su presunción de inocencia, pero también para su "familia", que se llevó "un gran disgusto", y para sus "amigos", que "no tienen nada que ver y están un poco sorprendidos por toda esta historia".
En la operación Pokemon, que comenzó en un juzgado de Lugo, se investiga la existencia de una supuesta trama para obtener concesiones y contratos públicos en varias ciudades.