El juez no pudo copiar las grabaciones originales porque los Mossos ya no las guardan
El titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, irrumpió ayer con la Policía Nacional en el complejo Egara de los Mossos d'Esquadra para clonar los originales de unas escuchas a supuestos narcos, al sospechar que la policía catalana le ocultó información al entregarle unas copias alteradas.
Sin embargo, según han informado a Efe fuentes judiciales, para sorpresa del juez y de los agentes de la División Económica y Técnica (SITEL) de la Policía Nacional, en el servidor del Área Central de Medios Técnicos de los Mossos d'Esquadra no constan los originales de este caso, pese a que la instrucción sigue abierta.
El juez, que pocos minutos antes de llegar al complejo Egara avisó de su visita al comisario encargado de relaciones con la judicatura, Joan Miquel Capell, fue recibido a su llegada a la central de los Mossos d'Esquadra en Sabadell (Barcelona) por el comisario jefe, Josep Milán, y el comisario de coordinación central, Ferran López, entre otros.
Según han informado a Efe fuentes de Interior, al magistrado se le facilitó toda la documentación que requirió en todo momento.
Las fuentes de Interior han evitado entrar en detalles sobre los archivos que almacena el servidor, por una cuestión de seguridad policial, aunque han garantizado que en el ordenador madre hay toda la información que tiene que haber.
Según las fuentes judiciales consultadas por Efe, durante la estancia del juez en Egara, que se prolongó durante cinco horas, se vivieron algunos momentos de tensión, sobre todo cuando los agentes de la Policía Nacional, que utilizan el mismo sistema informático que la policía catalana para almacenar sus escuchas, cuestionaron que los Mossos no guardaran todos los originales en el servidor.
Por orden del juez, los agentes del SITEL grabaron en un disco duro las copias en DVD en las que los Mossos guardaban las escuchas a los supuestos narcos investigados.
Una vez obtenidas estas copias, los especialistas de la Policía Nacional deberán elaborar ahora por encargo del juez un peritaje para cotejar y comparar el contenido de las escuchas grabadas ayer con las que se le habían entregado al magistrado.
El juez justificó ayer en una providencia su insólita intervención en la central de la policía catalana para poder cotejar los originales con los DVD que le entregaron los Mossos d'Esquadra, ya que las copias que recibió tenían "fuertes rayaduras, perfectamente advertibles a simple vista".
De hecho, un informe encargado por la acusación popular ejercida por el sindicato ultraderechista Manos Limpias ha desvelado que los DVD que los Mossos d'Esquadra iban entregando semanalmente al juez omitían 708 ficheros de audio, 711 archivos de transcripción, 1.490 ficheros de sms y que otros cuatro ficheros de audio no eran idénticos al original.
En el marco de la investigación, el juez recibió de los Mossos d'Esquadra un total de 51 DVD parciales, que le iban entregando semana a semana para mantenerle al día sobre la investigación policial que había encargado sobre un grupo de supuestos narcos.
Sin embargo, el juez empezó a sospechar que los Mossos le ocultaban información, por lo que exigió que le enviaran una copia de los originales, que le fue remitida en un compactado con 27 DVD.
El perito propuesto por Manos Limpias, que cotejó los DVD compactados con los que había ido recibiendo semanalmente el juez, apreció que había diferencias sustanciales y advirtió que se había ocultado y manipulado información al magistrado.
Ante esta situación, el juez Aguirre pidió a la Policía Nacional, a instancias de la fiscalía, que elaborara un informe para determinar si se le había ocultado información, aunque los agentes le comunicaron que no podían hacer el análisis debido al mal estado de las copias, por lo que ayer se personó en el complejo Egara en busca de los originales.
El juez ha imputado en esta causa al subinspector de la Unidad Adscrita de los Mossos que dirigió la investigación, Antoni Salleras, y a cinco de sus subordinados, acusados de proteger a supuestos narcos y a agentes de la policía catalana a los que había ordenado investigar por tráfico de drogas.
El magistrado sospecha también que en los resúmenes de las escuchas que le iban entregando periódicamente los Mossos se le ocultó información sobre el entorno del supuesto narco Manuel G.C., un confidente policial que fue clave en investigaciones de la policía catalana sobre casos de supuesta corrupción en la Policía Nacional y la Guardia Civil.