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La lucha antiterrorista y contra el narcotráfico a través de España, prioridades de Valls



    París, 4 jun (EFE).- El ministro francés de Interior, Manuel Valls, destacó que sus prioridades en seguridad interior son la lucha antiterrorista y contra la entrada de droga desde España por el impacto social que tiene.

    "Además de la lucha contra la amenaza terrorista, quiero también cortar las rutas de la droga que suben desde España", explicó Valls en una entrevista publicada hoy por "Le Parisien" al ser preguntado por sus prioridades.

    Sin dar más detalles sobre esos dos puntos, explicó que "el impacto del tráfico de estupefacientes es una cuestión central en nuestra sociedad".

    El ministro francés, de origen español, se ha entrevistado en dos ocasiones con su homólogo español, Jorge Fernández Díaz, la primera el 16 de mayo, solo un día después de su nombramiento, durante una reunión de titulares de Interior de los países del G6 en Alemania, y la segunda en Madrid, el pasado día 29, poco después de la captura de dos presuntos etarras en Francia.

    Valls anunció que ha encargado a la policía y a los servicios secretos "un estudio muy completo de lo que no funcionó" en las matanzas cometidas el pasado marzo en Toulouse y su región por Mohamed Merah, que fue abatido por las fuerzas del orden en esa ciudad tras cercarlo en su casa.

    "El Estado no supo o no pudo proteger a los franceses. Ahora se trata de comprender las razones", señaló tras reconocer que "cuando un hombre, tal vez solo, pudo cometer tales crímenes, estamos ante un fracaso".

    El ministro se mostró prudente sobre la idea de su Gobierno de que los agentes de las fuerzas del orden den un justificante a las personas que han sido sometidas a un control policial para evitar que lo sean de forma repetida y que se sientan estigmatizadas por su pertenencia a minorías étnicas o a ciertos grupos.

    "Si esta medida es percibida como vejatoria por los policías, no funcionará", admitió tras haber precisado su razón de ser y que "la idea no es imponer un dispositivo".

    "Policías y gendarmes, para garantizar sus misiones, deben poder hacer controles. Pero es verdad que algunos, en particular los jóvenes de barrios populares -pero no sólo ellos- pueden vivirlo como una discriminación e incluso como una humillación cuando son sometidos a cacheos varias veces al día", dijo.