Manifestaciones en las principales ciudades de Australia en favor de Assange
En Sídney, alrededor de un centenar de manifestantes se congregaron frente a las oficinas del Ministerio de Exteriores con pancartas en las que se leía "Traigan a Assange a casa", "Yo soy Julian Assange", "Cárcel para los criminales de guerra, no para los periodistas" o "Saquen sus manos de WikiLeaks, merecemos la verdad".
Otros instaban a la primera ministra australiana, Julia Gillard, y a su ministro de Exteriores, Bob Carr, a actuar con "moralidad y no políticamente" para proteger a Assange.
Políticos, académicos y periodistas independientes participaron en el acto en Sídney, donde una de las manifestantes, Samantha, explicó a Efe que acudió a la convocatoria porque cree que cualquiera puede estar en la piel de Assange y ser encarcelado "por decir la verdad".
En la ciudad de Townsville, situada en el noreste australiano y a 20 kilómetros de la Isla Magnetic, donde Assange pasó su infancia, una decena de personas expresó en las calles su apoyo al fundador de WikiLeaks.
"El Gobierno y la oposición en Australia han demostrado que son incapaces de defender sus derechos", indicó a la emisora ABC George Hurston, uno de los residentes, quien calificó a Assange de "héroe de los medios".
Canberra, Melbourne, Brisbane, Adelaide y la localidad de Byron Bay también fueron testigos de diversas manifestaciones.
Horas antes, la madre del fundador de WikiLeaks, Christine Assange, criticó al Gobierno australiano por la falta de apoyo a su hijo en el proceso de extradición a Suecia.
Christine Assange declaró a la emisora ABC que las autoridades australianas han sido "absolutamente inútiles. De hecho, en lugar de ayudar, han hecho todo lo posible para desprestigiar a Julian y entregarlo a Estados Unidos", afirmó.
El ministro australiano de Exteriores rebatió esta crítica y afirmó que el periodista, de 40 años, siempre ha tenido apoyo consular y que el Gobierno de Canberra "no puede interferir con el proceso legal en otro país".
Assange, conocido por divulgar miles de documentos confidenciales del Gobierno estadounidense, como los referidos a abusos en Irak y Afganistán, teme que su eventual traslado a Suecia abra el camino para que Estados Unidos pida su extradición y lo procese por los delitos de espionaje y conspiración.
El australiano fue detenido en Londres el 7 de diciembre de 2010 en virtud de una orden de extradición cursada por Suecia y desde entonces se encuentra bajo arresto domiciliario en el sureste de Inglaterra.