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La Ertzaintza usará sólo de forma excepcional escopetas lanzapelotas desde 2013



    Vitoria, 12 abr (EFE).- El consejero de Interior, Rodolfo Ares, ha anunciado hoy que las patrullas de Seguridad Ciudadana de la Ertzaintza no usarán escopetas lanzadoras de pelotas a partir del 1 de enero del 2013, aunque sí seguirán haciéndolo las unidades de Brigada Móvil.

    Ares y Varela han comparecido en la comisión correspondiente del Parlamento Vasco para dar explicaciones de la muerte de Iñigo Cabacas el pasado 5 de abril que, según los resultados del informe preliminar de la autopsia fue fruto del impacto de una pelota de goma disparada por agentes que formaban parte del operativo desplegado en previsión de incidentes por el partido entre el Athletic y el equipo alemán Schalke 04.

    El consejero ha asumido la responsabilidad política de lo sucedido, mientras que Varela ha señalado que la pelota impactó de manera casual en la cabeza del joven bilbaíno.

    Ares ha defendido que la Ertzaintza usa el material antidisturbios con profesionalidad, pero ha indicado que "es evidente que algo ha fallado", lo que obliga al Departamento a revisar todos los procedimientos de actuación.

    Por ello, ha anunciado que a partir del 1 de enero de 2013 todas las unidades de Seguridad Ciudadana tendrán prohibida la utilización de escopetas lanzadoras de pelotas y que, durante lo que queda de este año, tendrán restringido y limitado su uso. A lo largo del 2012 este material se sustituirá por nuevos lanzadores "menos lesivos y más adecuados".

    La patrulla que intervino el día en que murió Iñigo Cabacas pertenece a las unidades de Seguridad Ciudadana, que son las que normalmente actúan cuando se producen altercados.

    Cuando los disturbios son de mayor calado actúan las unidades especializadas (la Brigada Móvil y las Brigada de Refuerzo de Seguridad Ciudadana), las cuales sí que podrán seguir usando los lanzadores de pelotas en "ocasiones excepcionales", aunque además, contarán con otros medios antidisturbios.

    Varela se ha encargado de hacer el relato de los hechos, conforme a la investigación abierta por el Departamento. Ha dicho que el disparo de la pelota se produjo a una distancia mayor de 22 metros, lo que supone que no se hizo, según ha apuntado, a bocajarro.

    Ha explicado que las bocachas de las escopetas tienen tres posiciones que permiten lanzar más o menos lejos las pelotas: la posición suave a más de 25 metros, la media a más de 35 y la fuerte a más de 60.

    Se ha mostrado "plenamente convencido" de que el disparo que mató a Cabancas "no fue dirigido directamente a su cabeza, sino que sería resultado de la trayectoria de alguna de las pelotas lanzadas", al incidir en que "un ertzaina experto, a 20 metros, salvo por casualidad no le va dar en la cabeza a una persona, aunque quiera".

    Por su parte, Ares ha asumido "la responsabilidad política" de lo que ha calificado como un "doloroso e inesperado suceso" y ha pedido perdón a la familia y amigos del fallecido.

    No obstante, preguntado por algunos grupos parlamentarios por si se plantea dimitir lo ha descartado ahora al responder que "si esta desgracia se solucionase" con su dimisión la habría presentado, del mismo modo que lo habría hecho si la muerte "hubiese sido consecuencia de una decisión errónea o de una orden negligente de los responsables de la Ertzaintza".

    Ares ha señalado que se ha abierto un expediente interno a todos los agentes que intervinieron y que se está poniendo a disposición de los tribunales toda la información sobre el caso.

    "Vamos a investigar a fondo para llegar hasta el final cueste lo que cueste y le cueste a quien le cueste para determinar si fue una negligencia o una fatalidad", ha dejado claro el consejero, quien ha añadido que "la Ertzaintza fue al lugar, no a herir gravemente a Iñigo, sino requerida por una llamada para acabar con los tumultos y para auxiliar a personas heridas".