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La Comisión Europea insiste a Orbán que cambie el rumbo político de Hungría



    Bruselas, 24 ene (EFE).- El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se reunió hoy en Bruselas con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ante quien insistió en que debe enmendar algunas de sus medidas y dar respuesta a las "preocupaciones" que ciertas políticas de su gobierno han despertado en la Unión Europea (UE).

    Barroso recibió a Orbán en la sede de la Comisión Europea tras haber abierto la pasada semana un triple expediente sancionador contra Hungría por sus polémicas reformas legales, y dijo haber recibido garantías de que Budapest actuará para corregir posibles irregularidades.

    "Es esencial para la Comisión Europea asegurarse de que la legislación de la UE, tanto en la letra como en espíritu, es totalmente respetada por Hungría, como por cualquier otro Estado miembro", señaló el jefe del Ejecutivo comunitario en un comunicado al termino del encuentro.

    Los problemas, sin embargo, no son solamente jurídicos, y Barroso trasmitió a Orbán que "hay preocupaciones políticas más amplias a las que el gobierno húngaro debe responder".

    "En un momento de crisis financiera y económica, la confianza de los ciudadanos y mercados en Hungría es particularmente crucial", aseguró.

    Según el político portugués, el primer ministro húngaro indicó hoy su "disposición a tratar rápidamente todos los asuntos planteados por la Comisión".

    Fuentes comunitarias explicaron a Efe que en la reunión de hoy en ningún caso hubo una negociación, sino que la CE indicó a Budapest los pasos concretos que debe seguir para evitar las posibles infracciones.

    La CE anunció el pasado martes la apertura de tres procedimientos sancionadores contra Hungría por la incompatibilidad de las modificaciones introducidas en su Constitución con el derecho europeo.

    Los expedientes se refieren, específicamente, a las reformas que amenazan la independencia del Banco Central Húngaro y de la autoridad responsable de la protección de datos, así como de las jubilaciones anticipadas obligatorias para jueces y fiscales.

    Aunque el gobierno húngaro ya se comprometió por carta a enmendar los posibles problemas, las heridas abiertas en la relación entre Bruselas y Budapest parecen aún lejos de curarse.

    Barroso y Orbán, por ejemplo, evitaron hoy comparecer juntos ante los medios en Bruselas, como es habitual cuando algún jefe de gobierno visita al presidente de la Comisión.

    El primer ministro húngaro, que también se ha visto con los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y del Parlamento, Martin Schulz, ha preferido mantener un perfil bajo durante su estancia en Bruselas, lejos de los discursos provocadores que ha pronunciado en otras ocasiones.

    La presión sobre su país por parte de sus socios europeos, mientras tanto, no se detiene.

    Hoy los ministros de Finanzas de los Veintisiete abrieron la puerta a que la Comisión Europea suspenda, a partir de enero de 2013, los fondos de cohesión a Hungría por no haber tomado las medidas necesarias para corregir los desvíos del déficit.

    La medida, que no tiene precedentes, podría suponer un duro golpe para el país, que actualmente negocia una línea de crédito con sus socios internacionales para sanear su maltrecha economía.

    Por otro frente, el de la libertad de prensa, también le han llovido hoy nuevas críticas a Orbán.

    "Me acabo de reunir con el presidente de Klubrádió, una emisora de Hungría con mucho comentario político, a menudo bastante crítico. Han perdido 8 frecuencias locales en 2001. Estos desarrollos me hacen preocuparme por el pluralismo y la libertad de medios en Hungría", dijo hoy vicepresidenta y encargada de Telecomunicaciones en la CE, Neelie Kroes.

    Para muchos, el acoso a Klubrádió se ha convertido en los últimos meses en uno de los símbolos de la supuesta deriva antidemocrática que vive Hungría.

    Schulz, el presidente de la Eurocámara, pidió a Orbán que no agite la confrontación sino que impulse la reconciliación entre el pueblo húngaro cuando en Bruselas se duda sobre la democracia y solvencia económica del país.

    Según fuentes comunitarias, en los distintos encuentros mantenidos hoy, el primer ministro mostró "voluntad política" de responder a todas esas inquietudes.