Las FARC dejan en libertad a un policía secuestrado el viernes en Colombia
El policía Harrison Stiven Giraldo fue entregado a un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que se desplazó hasta el lugar de la liberación junto a familiares del agente, quien tenía una herida de bala en un pie.
La operación de entrega "se dio esta mañana, sin inconvenientes de ninguna naturaleza", confirmó a Efe en Bogotá la portavoz de la institución humanitaria, María Cristina Rivera.
El policía Giraldo, de cuyo secuestro sólo se supo hoy a través del CICR, fue recibido por el subdelegado de este organismo en Cali, Benno Kocher, y por una enfermera.
El policía estaba a cargo de la vigilancia del centro de comunicaciones situado en el cerro Santa Ana, en municipio de El Tambo, del conflictivo departamento del Cauca, en el suroeste colombiano.
En ese cerro se levanta un centro de comunicaciones con antenas y equipos de la Aeronáutica Civil (Aerocivil, estatal), y fue asaltado el viernes por la Columna Móvil "Jacobo Arenas" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En el ataque, que se prolongó durante unas catorce horas, murió el intendente Guido Holguín Cometa, quien a comienzos de año había asumido como comandante policial en la zona.
El número de uniformados destacados en el cerro no fue precisado durante el viernes, pero el Ejército Nacional informó al día siguiente que había encontrado con vida a 17 policías.
La portavoz del CICR dijo a Efe que su institución había sido informada de que "en el combate hubo una persona retenida", y el domingo recibió tanto de las FARC como de la familia del cautivo una solicitud para que participara en el operativo de entrega.
De inmediato, el Kocher conformó el equipo de recepción, que viajó por tierra a las montañas de El Tambo, en las que los rebeldes habían anunciado se iba a producir la liberación.
El CICR ha participado en Colombia en muchas operaciones de la misma naturaleza, entre ellas, varias entregas unilaterales de políticos y uniformados secuestrados, que los insurgentes pretendieron canjear o intercambiar por rebeldes presos en Colombia y Estados Unidos.
El ataque a Santa Ana fue el más reciente dentro de una actividad intermitente que las FARC han mantenido en el Cauca, una de las regiones más afectadas por el conflicto interno colombiano que se extiende desde hace casi medio siglo.
Precisamente en esa región murió en un enfrentamiento con el Ejército Guillermo León Saénz, alias "Alfonso Cano" y máximo jefe de las FARC, en noviembre del año pasado.
Sáenz había sucedido a Pedro Antonio Marín ("Tirofijo" o "Manuel Marulanda Vélez"), fundador y hasta entonces único mando central de las FARC, en 2008, cuando murió ya septuagenario de una crisis cardiaca.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo el sábado posado que tras la muerte de "Alfonso Cano" y su reemplazo por "Timochenko", alias de Rodrigo Londoño, las FARC habían "decidido hacer una especie de demostración de fuerza, decir 'aquí estamos vivos'", por eso consideró que ataques como el de este fin de semana son "consecuencia del desespero".
Además de la acción en Santa Ana, las FARC lanzaron este fin de semana otros ataques que dejaron dos soldados muertos.
Uno de ellos por el estallido de un caballo cargado con explosivos que los rebeldes activaron al paso de una patrulla en Toledo, localidad en el departamento de Antioquia (noroeste).
El otro militar perdió la vida en una emboscada en La Guajira, departamento en la frontera noreste con Venezuela, mientras que dos soldados más resultaron heridos durante un hostigamiento de rebeldes en El Tarra, localidad del Cesar, en la misma región.