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Un ex mano derecha de Lula, condenado por corrupción en Brasil

    El ex jefe de gabinete del ex presidente brasileño, Lula da Silva <i>Imagen: Reuters</i>


    El ex jefe de gabinete del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, José Dirceu, fue condenado el lunes a 10 años y 10 meses de prisión por corrupción, en una sentencia histórica en un país donde la justicia mostró en el pasado mano blanda con los políticos corruptos.

    La Corte Suprema señaló a Dirceu como el cerebro de una trama de compra de votos de legisladores con fondos públicos durante el primer gobierno de Lula, entre 2003 y 2006, conocido como "mensalao" o gran mensualidad.

    "Fue un delito de lesión gravísima a la democracia", dijo el juez Joaquim Barbosa, el encargado de presentar las acusaciones. "Pilares importantísimos de nuestra sociedad fueron disminuidos o ensuciados".

    Dirceu, un poderoso operador político del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), fue condenado a 7 años y 11 meses de prisión por el delito de corrupción activa y a dos 2 años más y 11 meses por formación de cuadrilla.

    Según la ley brasileña, deberá cumplir al menos una sexta parte de la condena tras las rejas.

    Pero la ejecución de la condena podría demorar meses, ya que la Corte Suprema debe terminar de dictar las sentencias contra otros 24 políticos y empresarios involucrados en el escándalo.

    No fue la única sentencia de la jornada. José Genoino, otro dirigente histórico del PT que presidía el partido cuando estalló el escándalo en 2005, fue condenado a seis años y 11 meses de prisión por los mismos delitos.

    La Corte Suprema condenó también al ex tesorero del PT en aquel momento, Delúbio Soarez, a ocho años y 11 meses.

    Según el tribunal, el mecanismo liderado por Dirceu desvió al menos 35 millones de dólares de fondos públicos para comprar el apoyo de legisladores al PT, que tenía minoría en el Congreso.

    El PT niega los cargos y dice que se trata de un juicio político.

    Pero para muchos brasileños, las condenas rompen con una larga historia de corrupción e impunidad en el país e indican que las instituciones democráticas están madurando.

    Lula no fue implicado en un caso que la prensa brasileña calificó como "el juicio del siglo". El ex presidente sigue gozando de una inmensa popularidad en Brasil.