Latinoamérica
Cristina Fernández cumple 100 días de su segundo gobierno
La presidenta cumplió este lunes los primeros 100 días de su segundo gobierno con nuevos problemas que requieren de salidas a corto plazo, aunque, según los analistas consultados, los argentinos ven este periodo como una prolongación de los cuatro años de su primer Gobierno e incluso del periodo estrenado por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, en 2003.
El escándalo por corrupción que salpica al vicepresidente, Amado Boudou, la pésima gestión del accidente de tren que costó la vida a 51 personas en Buenos Aires el 22 de febrero y las contradicciones de su modelo económico "nacional y popular" han contribuido a desgastar la imagen de Fernández.
La inflación, a tasas del 20% según cálculos privados que el Gobierno se niega a reconocer, el distanciamiento de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) o la retirada de subsidios, amenazan con complicar la legislatura.
Al iniciar la legislatura, el pasado diciembre, Fernández prometió "sintonía fina" en la economía, un término que, en la práctica, se ha traducido en ajustes tras nueve años de crecimiento a tasas del 8% que en 2012 se reducirán al 5%.
Los grandes problemas
"Los principales problemas de Argentina son la inflación, la continua salida de capitales y la falta de inversiones", declara Fausto Spotorno, economista jefe del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres.
"Son hechos suficientes para explicar un cambio de tendencia en contra del oficialismo, quien pese a todo mantiene la iniciativa política y con la desarticulación de la oposición, una coalición suficiente para imponer rápidamente sus proyectos en el Congreso", opina el analista Rosendo Fraga.
En estos 100 días, la imagen de la presidenta ha caído entre 17 y cuatro puntos, según las distintas consultoras, y acusa un desgaste significativo que Fernández trata de frenar con mensajes que apelan a la unidad y el nacionalismo, como la reclamación por la soberanía de las islas Malvinas en vísperas del 30 aniversario de la guerra con el Reino Unido.
Un asunto, explica Rosendo Fraga, que "deja a la oposición con poco espacio para la crítica, que moviliza popularmente y genera cierto grado de cohesión social".
Apela también al nacionalismo en su estrategia contra YPF, controlada por la española Repsol, y en los argumentos para justificar las restricciones a las importaciones que han hecho saltar las alarmas de los sectores empresariales.
Una mirada hacia el futuro
Según el analista Fabián Perechodnik, de Poliarquía, el desgaste de la presidenta entra dentro de lo previsible tras cuatro años y 100 días de Gobierno.
"Para la opinión pública, es un Gobierno de continuación y ella lo plantea también de esa manera en cada discurso", afirmó el analista, convencido de que la caída en su imagen responde a "un reacomodamiento natural, tras un globo postelectoral" en el que había superado el 60% de imagen positiva.