Premian el spot de Navidad que emitió Mediaset: un homenaje a los jóvenes, a los voluntarios y al espíritu de solidaridad
- El anuncio que ofrecieron todos los canales del grupo, galardonado en los GEMA Europe Awards
- Un juzgado fija en 45 millones la multa que Mediaset deberá pagar por emitir 'Pasapalabra'
- El pelotazo de Risto Mejide: todopoderoso productor en Mediaset y giro internacional como publicista
David Saiz
El spot navideño de Mediaset España de 2024 ha sido reconocido con uno de los galardones más prestigiosos del mundo en la industria del entretenimiento televisivo y de streaming: los GEMA Europe Awards -anteriormente conocidos como Promax Awards- otorgados por la Global Entertainment Marketing Academy of Arts & Sciences para premiar la excelencia en el diseño y la comunicación de contenidos televisivos y de streaming a nivel global.
La campaña premiada, titulada Juntos, renunciaba a la aparición de caras conocidas de la cadena y trasladaba un mensaje de esperanza, unión y compromiso social a través de un anuncio que rendía homenaje a los jóvenes, a los voluntarios y al espíritu de solidaridad colectiva demostrado durante la DANA de Valencia.
"Estos galardones celebran la audaz creatividad, la pasión incansable y el espíritu innovador que definen la comunidad global de marketing del entretenimiento. Ustedes son los visionarios que transforman ideas en experiencias, generan conversación y crean momentos que resuenan mucho más allá de la pantalla. Su trabajo no solo promociona contenidos: da forma a la cultura, construye conexiones y despierta emociones", ha explicado Stacy La Cotera, presidenta de la organización que entrega los premios.
Así era el spot de Navidad de Mediaset
El relato del spot giraba en torno al árbol de Navidad de un pequeño pueblo calcinado por un cortocircuito y al impulso de un joven que decide devolverle la luz y que termina inspirando a toda de su comunidad para unirse en la tarea. Tras contemplar el desastre, una mujer entra en casa y su mirada se encuentra con la de su hijo adolescente. Apoltronado en el sofá, el joven mira la pantalla de su móvil con indiferencia. No se ha enterado del incendio; o si lo ha hecho, ni se ha conmovido. Su madre lo observa y amaga con hacerle partícipe, pero se va sin hacerlo, resignada y consciente de que su atención está secuestrada por unas redes de las que le resulta imposible escapar. Como siempre. Él alza la vista, pero calla.
Mirando por la ventana, el joven observa el árbol calcinado con cierta apatía. Armado con cables y alargadores, el joven sale a la calle como guerrero que va a la batalla. Con decisión y coraje comienza a tirarlos alrededor del árbol y enrosca una primera bombilla. Otros jóvenes le observan y en sus ojos empieza a brillar la esperanza. Contagiados por su energía e inspirados por su determinación, estos y otros vecinos se unen a la tarea. Cada uno aporta lo que puede a la improvisada restauración del árbol: el faro de una moto, el neón de un negocio, un flexo, un globo terráqueo, una vieja lámpara de salón. Aupada por su padre, una niña cuelga sus zapatillas luminosas; una joven deja encendido el móvil, su bien más preciado. Todo el pueblo trabaja unido y emocionado. Al caer la noche, todos se reúnen entusiasmados para contemplar el encendido.