Televisión
La guerra de las audiencias: Semana grande de Ana Rosa frente al dato horribilis de José Pablo y La 1
- La 1 se quedó este viernes en tercer lugar con un 8.5% de media y laSexta se acerca a solo unas décimas
- Mañaneros se desploma en La 1 al 6.7% y José Mota hunde el prime time por detrás de A3, T5, Cuatro y La Sexta
- José Pablo López hace más ricos a los creadores de Sálvame: la apasionante historia del presidente de RTVE con sus admirados productores
Sara Tejada
En el tablero de ajedrez televisivo, donde las audiencias dictan la supervivencia y la irrelevancia es un abismo insondable, esta semana ha quedado claro quién mueve las piezas con maestría y quién avanza a trompicones hacia el jaque mate. Mientras en Telecinco crecen brotes verdes con pelotazos como Supervivientes o los restos de La Isla de las Tentaciones de Montoya, y mientras Ana Rosa Quintana goza en Las Fallas de su semana de éxito, Televisión Española remata su primera quincena de marzo con un viernes horribilis, una jornada en la que cada dato de audiencia ha sido un mazazo para la dirección del folclórico José Pablo López, cuyo único consuelo ha sido el documental sobre los muertos en las residencias de la tercera edad durante lo peor del Covid. Un espacio que algunos expertos tildan de "ideológico" o incluso de "venganza personal" de José Pablo contra Ayuso, la "jefa" que le despidió de Telemadrid. Pero que, en cualquier caso, fue un éxito absoluto de audiencia.
Por lo demás, las cifras son demoledoras y el peor de los problemas de José Pablo López no es el declive de Broncano que, pese a haber perdido medio millón de espectadores, mantiene una audiencia digna. José Mota en La 1 ha registrado este viernes su mínimo histórico con un escuálido 6,7% de share y menos de 800.000 espectadores, una debacle absoluta para un formato de producción externa que prometía revolucionar el prime time. Mientras tanto, El Desafío en Antena 3, donde Victoria Federica casi se asfixia, se mantiene sólido con un 13,8%, y el cine de Cuatro, con Mulán, ha rozado el 10%, demostrando que hasta las reposiciones pueden superar con holgura los despropósitos de José Pablo López y Sergio Calderón al mando de la parrilla de la primera cadena de la Corporación Pública. Decía este ex directivo de Fabricantes Studio al llegar a TVE que lo que no llegue al 9% no existe. A ver qué dice ahora.
Una TVE que naufraga
La 1 ha promediado un desolador 8,5% de cuota de pantalla en el viernes, quedando a menos de ocho décimas de laSexta. Queda en tercer lugar por detrás de Telecinco (10,2%) y Antena 3 (13,6%). Más preocupante aún es que La Sexta, con su 7,7%, empieza a pisarle los talones, lo que pondría a la televisión pública en una situación insólita: perder el podio frente a una cadena secundaria. En la franja de la mañana el desastre de La 1 de José Pablo es colosal: Telecinco marcó este viernes un impresionante 14.8%; Antena 3 un 14.1%, laSexta un 13.8% y La 1 un 8.8%. ¡Se queda como cuarta opción a 5 puntos de laSexta!
El problema no es solo de un día, ni de un programa. El morning show Mañaneros apenas alcanzó un 6,7%, y su extensión, Extra Mañaneros, se hunde hacia un 5,3%. Son datos, no opiniones. Frente a esto, Ana Rosa Quintana da la razón al jefe Alberto Carullo, quien la devolvió a su reino de las mañanas. La emperatriz de las mañanas se consolida en su trono, recuperado con un 16,9% y 421.000 espectadores, imponiéndose incluso a Aruser@s en espectadores. Susanna Griso resiste pero es evidente que la novia de Luis Enríquez también ha sufrido, en menos medida que La 1, el regreso de Ana Rosa.
Pero el desplome de TVE es especialmente alarmante porque cada fallo no solo es un golpe a su prestigio, sino que lo pagamos todos. La televisión pública, con el pretexto de hacerse "popular", está perdiendo su esencia sin ganar audiencia. El público no busca en La 1 el Telecinco de hace veinte años, y la insistencia en fichajes que evocan el Sálvame de antaño, son un riesgo que veremos cómo se resuelve. A lo mejor el espacio producido por Adrián Madrid y Óscar Cornejo, parapetados bajo La Osa Producciones Audiovisuales (LOPA) lo peta.
El márketing que precede la llegada de María Patiño, Belén Esteban y demás ex salvameros es solo un intento de blanqueo: ahora nos cuentan que entre los contenidos habrá otras cosas que no sea sacar a relucir las vísceras y el morbo de la crónica social pero es una ecuación complicada. Apuntamos los dichos pero vigilaremos los hechos. Si no mienten, es decir, si Patiño y Belén hacen otra cosa distinta de lo que se espera de ellas, no funcionarán. A ver si las van a poner a presentar el Telediario por Marta Carazo con la excusa de que una TV pública debe verla mucha gente. Todo indica que TVE se encuentra sin brújula: entre una oferta de contenidos superficiales en busca de una audiencia que no encuentran y el compromiso de cumplir con sus cuotas ideológicas, como la llegada de Jesús Cintora como verificador oficial del reino producidor por LOPA y por Mediapro.
El regreso triunfal de Ana Rosa
Si en TVE las alarmas no dejan de sonar, en Telecinco suenan fanfarrias. El regreso de Ana Rosa a las mañanas ha sido un golpe maestro de la dirección de Mediaset. No solo ha conseguido recuperar su trono, sino que ha demostrado que la audiencia prefiere el original a la copia. Su 16,9% de share certifica que sigue siendo la referencia de la mañana, y el gran perjudicado es de nuevo la copia frente al original: mientras la personalidad y solidez de Susanna Griso y su cadena aguantan el tirón de la reina pródiga, Ana Rosa destroza a un Mañaneros que ni siquiera alcanza la mitad de su audiencia con sus frikadas telencinqueras. En el prime time, El Desafío sigue fuerte, De Viernes mantiene buenos números con un 11,2%, y hasta Equipo de Investigación en La Sexta, con un 6,2%, se permite mirar de tú a tú a José Mota No News. En TVE, La 1 sigue sin encontrar su identidad y acumula tropiezos que amenazan con hundirla aún más en el desinterés general.
El desafío de TVE: identidad o irrelevancia
José Pablo López y su equipo parecen empeñados en hacer de TVE una televisión "popular", bajo la premisa de que no hay peor servicio público que el que no ve nadie. Pero el camino es hacer calidad que vea la gente; no renunciar a la calidad para que la audiencia se pegue al televisor sin importar cómo ni por qué. Y encima la gente no ve su oferta. La realidad es que cada vez interesa a menos gente. La televisión pública necesita un rumbo claro, pero su búsqueda desesperada de audiencia la está llevando a una crisis de identidad. En este juego de tronos televisivo, la lección es clara: las audiencias son implacables y no perdonan la incoherencia. La pregunta es cuánto tiempo más podrá permitirse TVE estos experimentos fallidos antes de que la historia de su crisis se escriba con tinta indeleble. De momento, la factura para los contribuyentes roza los 1.300 millones de euros al año. Si José Pablo y sus groupies nos prestan un poco de su demagogia populista, podríamos decir que esa RTVE da para construir seis o siete hospitales públicos al año.