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Georgina Rodríguez se convierte en el blanco de sus vecinos de Jaca: "Hay gente celosa de que sea rica y exitosa"


Informalia

Se cumple apenas una semana desde que Cristiano Ronaldo le pidiera la mano a Georgina Rodríguez con un anillo XXL de 45 quilates. Por ahora, los detalles de la que promete ser la boda del año siguen siendo un misterio, aunque algunos señalan que el enlace se podría celebrar al final de la temporada del futbolista.

En cuanto a Georgina, fue criada por su madre en un pequeño pueblo de Huesca, en Jaca, junto a su hermana, Ivana. En su documental de Netflix, la propia influencer habló de su infancia pero de su padre no dio muchos detalles, simplemente se limitó a decir que falleció en Argentina, su ciudad natal, y que no pudo asistir al funeral. De lo que no habló fue de que su progenitor fue detenido por tráfico de drogas y estuvo en la cárcel durante un tiempo. Cuando salió se fue a Argentina, y allí murió a los 70 años.

Tras el anuncio de compromiso, vecinos del pueblo de Jaca han hablado para el Daily Mail, asegurando algunos que Georgina "siempre soñó con ser famosa". Otra de las vecinas señaló: "Me alegro por ellos, era una niña encantadora. Conocía a su familia, pero no he visto a su madre en muchos años. Tenían una hamburguesería en la zona de bares de Jaca, pero cerró al cabo de aproximadamente un año, y Georgina trabajaba en un bar a la vuelta de la esquina".

Esta mujer explicó también que algunos vecinos del pueblo la critican por "celos": "No tengo nada malo que decir sobre ella. Esta es una ciudad pequeña donde todos se conocen, pero hay muchas personas con opiniones negativas porque están celosas de que ella haya salido adelante y sea exitosa y rica", confesó.

Cristiano y Georgina viven en Arabia Saudí, donde el portugués acaba de renovar con el Al-Nassr hasta 2027, aunque muchos apuntan a que ambos tirarán de raíces y tradición y se darán el "sí, quiero" en Portugal o en España. Lo que está claro es que será una boda religiosa —ambos son muy creyentes— y uno de los eventos más mediáticos (y lujosos) de la crónica social. El anillo de Georgina, desde luego, ya da la primera pista.