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La cantante Rozalén, al límite tras los incendios que azotan a España: "Está siendo muy difícil no ser catastrofista"


Informalia

Los bosques españoles están viviendo días de auténtica pesadilla. Una oleada de incendios forestales ha desatado la emergencia nacional y movilizado a todos los efectivos de la UME, que trabajan sin descanso para apagar los 19 focos activos repartidos por toda España; este domingo, ya hay cerca de 120.000 hectáreas calcinadas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha desplazado hasta Galicia para supervisar uno de los mayores incendios y ha propuesto un gran Pacto de Estado por la emergencia climática para frenar los fuegos.

Mientras tanto, el rey Felipe VI también ha interrumpido sus vacaciones en Grecia para volver a España y seguir de cerca la evolución de las llamas desde el Cuartel General de la UME en la Base de Torrejón de Ardoz. En redes, rostros conocidos también están pendientes de los incendios, algunos incluso utilizan sus perfiles como altavoz para tomar precaución.

Una de ellas ha sido la cantante Rozalén, que ha estallado ante la impotencia de ver cómo las llamas avanzan sin control. "Está siendo muy difícil no ser catastrofista… ¿Cómo podemos descuidar la base de nuestra existencia? ¿Cómo se puede dejar morir a una madre? ¿Cómo perdemos los recuerdos de nuestra Historia?", escribió en sus redes hace unos días, visiblemente afectada.

"Vivo este verano entre el contraste del oasis de los escenarios, la inmensa alegría y la emoción que nos provocáis y la deshumanización total y lo macabro de la actualidad, las noticias, las redes. Arden nuestros montes, los animales, los pueblos, nuestros vecinos… El genocidio que nadie para en Gaza, los periodistas asesinados, la hambruna... ¡Joder, los niños!", confesó.

La cantante de La puerta violeta denunció la violencia y la injusticia que percibe continuamente a su alrededor: "La caza del inmigrante, animales muriendo abandonados, corrupción donde se mire. Mentiras. Guerras. Odio. Violencia, violencia, violencia. Es insoportable". Y confesó su miedo a normalizar el sufrimiento: "A veces me sorprendo acostumbrándome a normalizar el horror. Me da pánico. ¿Qué podemos hacer? ¿Esta impotencia ha venido para quedarse? A veces me siento hasta fatal por tener momentos de felicidad".

Muy resignada, concluyó: "Me esfuerzo por buscar la luz, por compartirla, porque la vida sigue, porque es la manera de resistir. Pero qué difícil… Qué difícil. Mucha fuerza para quienes estáis viviendo un infierno, sea cual sea. No sé si alivia al menos saber que muchos comprenden tu dolor y te piensan…".