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Entrevista con Joaquín Torres, que nos habla de la situación de su matrimonio con Raúl Prieto: "En septiembre tomaremos decisiones sobre nuestro futuro"


Beatriz Cortázar

Lleva demasiado tiempo sufriendo por distintos motivos físicos y emocionales pero Joaquín Torres empieza a encajar todos los golpes que le ha dado la vida. Sin superar aún las consecuencias que tuvo tras el accidente que le ha llevado a quirófano en varias ocasiones, sí confiesa: "He estado muy mal pero ahora te digo que estoy mejor". Y la prueba es que ya contesta a las llamadas que ha tenido en silencio durante los últimos meses. "La muerte de mi cuñado fue el colofón de todo. No creo en la magia negra pero han sido demasiadas desgracias seguidas. Mi hermana tiene 56 años y cinco hijos. Es un drama y ha sido horrible lo que hemos vivido con mi cuñado", confiesa el arquitecto, que está volcado en su familia en cuerpo y alma. "Tal y como me encontraba opté por desaparecer de todas partes y sólo he tenido contacto con muy pocos amigos", asegura.

Los dramas nunca llegan solos y, a todas las desgracias que ha vivido en este último tiempo con especial dolor a la muerte de su madre, se suma también la crisis que vive con su marido, Raúl Prieto, con quien Joaquín protagonizó una boda muy divertida y familiar y gracias al que decidió romper con su vida (estaba casado y es padre de dos hijos) y dejar de esconder su tendencia sexual y su amor por Raúl. Torres vivió un divorcio nada fácil y tuvo que ponerse el mundo por montera siempre con el apoyo de su entonces novio, que es un hombre adorable y muy profesional y hoy trabaja en una productora lanzando nuevos proyectos. Como ya ha adelantado Informalia hace semanas, el matrimonio vive su crisis más dura e incluso ha optado por pasar estas vacaciones por separado de la misma manera que ya no comparten techo.

Joaquín está junto a su hijo pequeño y muy pendiente de sus sobrinos y hermana en unos meses bastante complicados que le han tenido aislado de muchos amigos que se interesaban por su salud y a los que empieza a contestar ahora. "En septiembre será el momento de tomar decisiones sobre nuestro futuro", confiesa Joaquín, con toda la sinceridad del mundo. "Ha sido un año terrorífico y cualquiera que se ponga en mi piel podrá saber de lo que hablo", añade. Torres es consciente de que la relación ha sufrido un desgaste tremendo y, por eso, no quiere adelantar nada y sí dejar que el verano haga su trabajo. Que el paso del tiempo permita ver todo con más claridad.

Por desgracia el amor no siempre es suficiente para conseguir que una pareja sobreviva a las calamidades y de ahí que la posibilidad de un divorcio a la vuelta de las vacaciones vaya cogiendo forma a medida que pasan los días. "Las circunstancias han hecho que esté aprendiendo a vivir solo y a anteponer a mis hijos por encima de todo. Estoy a gusto y sobre todo muy tranquilo y eso para mí es muy importante en este momento de mi vida", reconoce con tristeza y resignación. "Hemos vivido un desgaste brutal en este tiempo. Eso es todo", puntualiza.