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La noche toledana de Pedro Sánchez en su Camp David tras el gran lío y una pregunta: ¿está con él Begoña Gómez?


Lucas del Barco

Quintos de Mora es mucho más que una finca toledana: es un enclave de poder discreto, un símbolo de retiro institucional y un escenario cada vez más habitual como templo de reflexión para los políticos. El presidente del Gobierno se repliega en la finca toledana (que ha utilizado en otras ocasiones) como lugar de retiro estratégico. Lo acompaña la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón.

Pedro Sánchez ha elegido la finca de Quintos de Mora, en la provincia de Toledo, como lugar de retiro temporal tras el nuevo temporal político desatado por la difusión de los audios comprometedores que involucran a Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. Según fuentes conocedoras del entorno presidencial, el jefe del Ejecutivo llegó este viernes en un helicóptero del Ejército del Aire y fue recibido por Milagros Tolón, actual delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha.

Se trata de un movimiento simbólico y práctico: Quintos de Mora se ha consolidado como el "Camp David" español del presidente Sánchez. Un espacio apartado, discreto y con fuerte carga simbólica para él, pues fue allí donde en 2018, recién llegado al poder, reunió de manera informal a su primer Consejo de Ministros para fijar los ejes de su legislatura. Desde entonces ha vuelto en varias ocasiones, tanto por razones de agenda como de descanso, convirtiendo la finca en un reducto de confianza en tiempos de convulsión.

El momento no es menor. La publicación de audios comprometedores que salpican de lleno a figuras de su círculo más estrecho durante años, conocidos popularmente como "la banda del Peugeot", ha generado un fuerte seísmo político y mediático. Cerdán, Ábalos y Koldo —viejos aliados del presidente desde la época de las primarias de 2014— aparecen ahora retratados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como actores clave de una red con comportamientos propios de una organización criminal.

El presidente, sin embargo, ha optado por el silencio activo. Ni dimisión, ni asunción de responsabilidades personales, ni comparecencia específica para abordar el asunto. Solo una aparición pública este jueves, marcada por un tono grave, maquillaje impropio y palabras de disculpa genéricas, sin señalar a nadie ni dar un paso atrás. La estancia en Quintos de Mora puede entenderse, por tanto, como una estrategia de contención y reconfiguración de su núcleo político. Un repliegue para tomar impulso.

La fotografía de su entorno también ha cambiado. Desaparecidos del primer plano los nombres señalados por el informe de la UCO, ahora el presidente estaría redefiniendo su círculo de confianza. Aunque no ha trascendido oficialmente quién lo acompaña en esta nueva etapa de introspección política, algunas fuentes apuntan a que busca rodearse de perfiles menos contaminados y más técnicos, con miras a fortalecer un Gobierno que, según palabras de Sánchez, "aspira a trascender la legislatura actual".

¿Está con Begoña Gómez?

No se ha podido confirmar si su esposa, Begoña Gómez, se encuentra con él en la finca. Su última aparición pública fue hace escasos días, en el acto de graduación de una de sus hijas, donde fue vista con muletas. Su presencia o ausencia en Quintos de Mora añadiría o restaría densidad emocional a este episodio, el más delicado del actual mandato.

El presidente ha optado por el aislamiento estratégico. Y Quintos de Mora, con sus encinas centenarias y su halo de poder reservado, vuelve a convertirse en el escenario donde Pedro Sánchez trata de sortear el ruido y escribir el siguiente capítulo de su supervivencia política.

La finca toledana de Quintos de Mora es una propiedad estatal situada en el corazón de los Montes de Toledo, en el término municipal de Los Yébenes (provincia de Toledo), y pertenece al patrimonio del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Aunque su uso principal es medioambiental, en los últimos años se ha convertido en un lugar recurrente de retiro político y estratégico para los presidentes del Gobierno, especialmente Pedro Sánchez, que la ha usado como una especie de Camp David español.

Tiene una superficie estimada de 6.800 hectáreas, lo que la convierte en una de las fincas públicas más extensas del país. Está ubicada en plena Reserva Nacional de Caza de los Montes de Toledo, un enclave natural de enorme valor ecológico. La zona rica en biodiversidad, con presencia de especies como el ciervo ibérico, el jabalí, el águila imperial o el buitre negro. El terreno combina zonas de monte bajo, dehesas, encinares y bosques mediterráneos.

Historia y uso

Fue adquirida por el Estado en 1942 y desde entonces ha sido gestionada por la administración pública. En su origen, fue destinada a investigación forestal, conservación de ecosistemas y actividades cinegéticas controladas. Desde principios de los años 2000, ha ganado notoriedad como lugar de retiro presidencial, usado tanto por José Luis Rodríguez Zapatero como por Pedro Sánchez para encuentros informales, reuniones estratégicas y descansos.

Dispone de una casa señorial rehabilitada con todas las comodidades para estancias prolongadas. Hay salones de reuniones, habitaciones, cocina equipada y amplias terrazas con vistas al campo. Cuenta con seguridad permanente, dada su vinculación con la presidencia del Gobierno, y acceso restringido. Se puede acceder por carretera, pero en visitas oficiales el presidente suele llegar en helicóptero militar al helipuerto habilitado.

Quintos de Mora ha sido utilizada por Pedro Sánchez como un espacio para deliberar en momentos clave: tras mociones de censura, antes de remodelaciones ministeriales o en situaciones de crisis política. Su aislamiento y entorno natural favorecen el discurso de introspección, control y estrategia, lejos de los focos mediáticos.

Gestión

La finca está gestionada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica.