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Lo que dicen los expertos del cáncer de próstata de Joe Biden: "Es grave pero la ciencia ofrece esperanza"


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"Los hombres en esta situación hoy pueden vivir cinco, siete o incluso diez años o más con los tratamientos disponibles", ha dicho uno de los mayores expertos. El expresidente de Estados Unidos de 82 años ha sido diagnosticado con cáncer de próstata en etapa 4, según confirmó este domingo su oficina. La enfermedad, que se ha diseminado a sus huesos, representa la forma más avanzada y letal de este tipo de cáncer. No tiene cura. Sin embargo, especialistas en oncología urológica insisten en que el panorama actual para los pacientes con la condición de Joseph Biden es muy distinto al de hace apenas unos años.

"El diagnóstico es serio, sin duda. Pero la vida ahora se mide en años, no en meses", afirma el Dr. Daniel W. Lin, experto en cáncer de próstata de la Universidad de Washington. Esa afirmación, que hace apenas dos décadas hubiera parecido optimista, es hoy una realidad gracias a avances médicos impulsados por el Instituto Nacional de Salud (NIH) y el Departamento de Defensa. Los síntomas urinarios que llevaron a Biden a buscar atención médica, según su equipo, podrían no haber estado directamente relacionados con el cáncer. "Es muy probable que el diagnóstico se produjera tras un examen físico rutinario, un nódulo detectado en la próstata y la posterior prueba de antígeno prostático específico (PSA), complementada por una resonancia magnética", ha explicado el Dr. Lin en The New York Times.

La etapa 4 del cáncer de próstata significa que la enfermedad ha hecho metástasis, en este caso en los huesos. No obstante, el Dr. Judd Moul, especialista de la Universidad de Duke, subraya al mismo medio que "los hombres en esta situación hoy pueden vivir cinco, siete o incluso diez años o más con los tratamientos disponibles". En el caso de Biden, quien ya supera los 80 años, "es posible que llegue a fallecer por causas naturales, no por el cáncer".

Diez nuevos tratamientos aprobados para el cáncer de próstata metastásico

Esa esperanza renovada se sustenta en una década de avances terapéuticos. En la actualidad, existen cerca de diez nuevos tratamientos aprobados para el cáncer de próstata metastásico, y han cambiado radicalmente el pronóstico de los pacientes. El tratamiento inicial sigue siendo privar al cáncer de su principal combustible: la testosterona. "En los años ochenta, eso se hacía extirpando los testículos", recuerda el Dr. Moul. "Hoy en día, los pacientes pueden optar por inyecciones o pastillas que bloquean la producción hormonal sin necesidad de cirugía invasiva". Este cambio no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que ha multiplicado las tasas de supervivencia. Según los especialistas, buena parte de estos avances han sido posibles gracias a la inversión pública en investigación oncológica. El Dr. Lin destaca especialmente el papel del expresidente en esta transformación: "Biden fue uno de los primeros mandatarios en colocar la lucha contra el cáncer en el centro de la agenda nacional, con su iniciativa Cancer Moonshot".

El Cancer Moonshot, lanzado durante la administración Obama con Biden al frente, buscaba acelerar la investigación del cáncer y mejorar el acceso a tratamientos. Ahora, la enfermedad lo ha alcanzado en carne propia, pero con un panorama más favorable que nunca. "No puedo expresar cuánta diferencia ha hecho la investigación", dice el Dr. Moul. "Veo hombres como el expresidente con este diagnóstico todas las semanas. Y nunca antes habíamos tenido tantas herramientas para tratarlos. Las tasas de supervivencia se han triplicado en los últimos diez años. Es difícil creer cuánto hemos avanzado."

Los médicos insisten en que el cáncer en etapa 4 es una batalla larga y que no hay garantías

Aun así, los médicos insisten en que el cáncer en etapa 4 es una batalla larga y que no hay garantías, pero sí estrategias clínicas más sólidas, mejores medicamentos, y un enfoque integral que prioriza la calidad de vida. En un contexto donde el diagnóstico alguna vez significó una sentencia breve, hoy representa un camino complejo, pero transitable. Joe Biden, quien en su carrera política convirtió la lucha contra el cáncer en una causa personal tras la muerte de su hijo Beau por un glioblastoma en 2015, enfrenta ahora su propio desafío médico con un legado de haber contribuido al progreso que hoy podría beneficiarlo.