Mango sigue los pasos de Zara y quita las alarmas de sus prendas

Mango, la marca especializada en moda y uno de los grandes competidores del grupo Inditex, ha seguido los pasos de Zara, que hace meses decidió cambiar el concepto de seguridad de sus tiendas para eliminar las alarmas duras de plástico de las prendas y hacer el sistema mucho más respetuoso con el medio ambiente.

Fue durante el pasado verano cuando Zara comenzó a implementar en sus tiendas el nuevo sistema de alarmado, que consiste en una tecnología que requiere equipos físicos, como antenas de radiofrecuencia RFID para desactivar los chips de alarma directamente, sin necesidad de contar con una alarma implantada en el conocido dispositivo que existe actualmente en la mayor parte de las tiendas, que se tiene que quitar manualmente.

¿En qué consiste el nuevo sistema de alarmas?

De hecho, Mango ya pensó en instalar este tipo de tecnología, que va implementada en las etiquetas de las prendas, una alarma que se desactiva en el mismo proceso de pago del artículo, sin necesidad de quitar el dispositivo duro de las alarmas de manera manual, como se hacía hasta ahora. Sin embargo, Zara se adelantó a esta iniciativa.

Ahora, será la cadena de tiendas de Mango quien desarrollará este proyecto para retirar las antiguas alarmas de las tiendas, con el nuevo sistema que permite volver a activar la alarma en la etiqueta en caso de que se proceda a la devolución de una prenda.

Una de las ventajas de este nuevo sistema de alarmado, además de que contribuye a la sostenibilidad del planeta al eliminar residuos plásticos, es que son más fáciles de desactivar, acelerando el proceso, además de que no dañan las prendas, como podía llegar a pasar con las alarmas tradicionales, que van clavadas con un pincho en la propia ropa.

Por último, tal y como destacó Zara, la principal ventaja para el cliente a la hora de comprar en la cadena de moda será que, al desactivar las alarmas mediante radiofrecuencia, se reducirá hasta un 50% el tiempo empleado en el proceso de pago, un tiempo que los empleados podrán dedicar a la atención de los consumidores.