Casas Reales

Iñaki Urdangarin busca trabajo en Palma de Mallorca: le localizamos en casa de un empresario local


Lucas del Barco

Siete años después de que el Tribunal Supremo ratificara la condena de la Audiencia Provincial de Palma, por la que Iñaki Urdangarin pasaría en prisión los cinco años y diez meses restantes, el exmarido de la infanta Cristina ha vuelto a Mallorca.

El que fuera yerno de Juan Carlos I practicaba deporte este fin de semana corriendo por el Paseo Marítimo de la capital balear. Que nos conste, es la primera vez, desde que concluyó el juicio por el caso Nóos, que Urdangarin regresa a la isla en la que pasó tantos y felices veranos en el Palacio de Marivent.

Parece que la estancia en Palma del medallista olímpico de balonmano, en el chalé de un empresario local, tendría que ver con un posible proyecto de trabajo, probablemente en la isla. Después de su salida de prisión, Urdangarin apenas ha podido trabajar, salvo por su paso por el bufete Imaz Abogados en Vitoria, donde conoció a Ainhoa Armentia.

En los últimos meses, se ha publicado que el exmarido de la infanta escribía sus memorias, pero lo cierto es que se trataría de un libro de consejos y asesoramiento sobre vida deportiva.

Para Urdangarin, Palma de Mallorca no es solamente una ciudad donde fue muy feliz con su esposa y sus cuatro hijos. Palma fue también un escenario de pesadilla, donde, día tras día, camino del banquillo de los acusados, tenía que pasar delante de decenas de periodistas y curiosos, algunos de los cuales portaban pancartas con insultos.

"Palma de Mallorca" es también el ducado que el rey Juan Carlos regaló a su hija cuando contrajo matrimonio con el laureado deportista, una distinción nobiliaria que, en 1998, dio nombre a una céntrica calle de la ciudad: Rambla de los Duques de Palma de Mallorca, algo que Cristina y su marido aceptaron encantados.

Sin embargo, el Ayuntamiento de la ciudad acordó en 2013, en pleno juicio del caso Nóos, retirar las placas de la Rambla con el nombre de los duques de Palma de Mallorca "por respeto a la opinión ciudadana", tras constatar la indignación de los palmesanos ante la evidencia de los posibles delitos de Urdangarin y de la infanta, también procesada entonces, aunque finalmente fue absuelta.

La calle recuperó entonces su nombre original, La Rambla, y las autoridades instaron después al marido de la infanta Cristina a que dejara de usar el título de duque de Palma, algo que, en alguna ocasión, seguía haciendo.

Por su parte, el rey Felipe, ante la decisión del consistorio mallorquín, decidió en 2015 revocar el uso del título de duquesa de Palma a su hermana Cristina, a quien había pedido reiteradamente durante tres años que renunciara a sus derechos de sucesión al trono de España. Y como la infanta se negó (y sigue negándose) con total firmeza, Felipe VI promulgó un real decreto —publicado en el Boletín Oficial del Estado—, invocando el nuevo código de conducta y transparencia con el que el monarca inauguró su reinado.

¡Cuántos recuerdos pasarán por la mente de Urdangarin mientras corre por el Paseo Marítimo de la ciudad que cambió su destino para siempre!