Casas Reales
Cronología de cinco años de autoexilio de Juan Carlos I: regatas, memorias, escándalos y ninguna condena
- El 3 de agosto de 2020 el emérito anunció su decisión de abandonar España
- Zarzuela y Moncloa trabajan sobre el supuesto de que Juan Carlos I muera fuera de España
- La infanta Elena y don Juan Carlos, juntos de nuevo en Sanxenxo: el paseo de padre e hija en alta mar
Lucas del Barco
El 3 de agosto de 2020, hace exactamente cinco años, Juan Carlos I anunciaba en una carta dirigida a su hijo, el rey Felipe VI, su decisión de abandonar España. "Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España", escribía. Con ese gesto, el antiguo monarca, el que lideró la transición democrática, ponía fin, al menos simbólicamente, a su papel en la vida institucional del país.
Desde entonces, el autoexilio ha sido prolongado, controvertido y marcado por el intento constante del antiguo jefe del Estado de reconstruir su imagen pública, afectada por escándalos financieros y revelaciones personales. En este lustro, Juan Carlos I ha cumplido 87 años, ha transitado entre la discreción forzada y los intentos esporádicos de protagonismo, entre visitas privadas a Sanxenxo y encuentros puntuales con su hijo y la familia real. Pero ni una sola condena judicial ha empañado su historial legal, a pesar de las investigaciones abiertas en España y Suiza. Y no quedan procesos abiertos.
2020: El punto de ruptura
La decisión de marcharse del país fue precipitada por una cascada de noticias sobre el supuesto cobro de comisiones opacas, el ocultamiento de fondos millonarios en el extranjero, su fundación, y su estrecha relación con Corinna Larsen o la publicación de datos, fotografías y entrevistas relativas a los años en los que tuvo a Bárbara Rey como amante, supuestamente, con la seguridad de sus escarceos a cargo del dinero público y el pago de presuntos chantajes para callar bocas.
Las presiones políticas para que Felipe VI cortara lazos con su padre habían ido en aumento desde marzo de ese mismo año, cuando el rey actual renunció públicamente a cualquier futura herencia de origen dudoso y retiró a su padre la asignación económica de la Casa Real.
En los meses siguientes, la Fiscalía del Tribunal Supremo y la Fiscalía Anticorrupción iniciaron indagaciones sobre el patrimonio oculto del emérito. Juan Carlos, desde entonces, estableció su residencia en Abu Dabi, desde donde comunicó a Hacienda su intención de regularizar su situación fiscal. En dos ocasiones, efectuó pagos por valor de más de cinco millones de euros para saldar impuestos no abonados. Le prestaron el dinero para hacerlo.
2021–2022: Investigaciones, archivo y primeras visitas
En paralelo, en Suiza, el fiscal Yves Bertossa investigaba una presunta trama de blanqueo de capitales vinculada a cuentas del monarca y a la transferencia de 65 millones de euros a Corinna Larsen, supuestamente procedentes de una donación del rey de Arabia Saudí. A pesar del revuelo, el proceso fue finalmente archivado en 2021, sin que se presentaran cargos contra el rey emérito.
En marzo de 2022, la Fiscalía española también cerró sus investigaciones, alegando falta de pruebas suficientes, prescripción de los delitos y la inviolabilidad constitucional que protegía al monarca durante su reinado. Con ese respaldo judicial, Juan Carlos preparó su regreso temporal a España.
El 20 de mayo de 2022, el emérito aterrizó en Galicia para participar en una regata en Sanxenxo. Su aparición provocó una intensa atención mediática y política, lo que llevó a que, antes de regresar a Abu Dabi, fuera recibido en la Zarzuela por Felipe VI, quien le recordó la necesidad de mantener un perfil bajo en futuras visitas.
2023: Encuentros, funerales y una presencia más frecuente
En enero de 2023, padre e hijo coincidieron de nuevo en Atenas, durante el funeral del rey Constantino de Grecia. El reencuentro, aunque discreto, fue seguido de cerca. También en octubre de ese año, Juan Carlos asistió en privado a la fiesta familiar por la mayoría de edad de la princesa Leonor. Sin embargo, evitó participar en los actos institucionales, incluido el juramento de la Constitución de su nieta.
Ese mismo mes, comunicó oficialmente a Hacienda que Abu Dabi seguía siendo su residencia fiscal, cerrando cualquier especulación sobre su retorno estable a España.
2024: Regatas, bodas y memorias
En febrero de 2024, Juan Carlos protagonizó una imagen simbólica: su hijo, el rey Felipe, le ayudaba a caminar durante una misa en memoria de Constantino de Grecia en la capilla de Windsor, en Inglaterra. La escena fue interpretada por algunos como un gesto de reconciliación familiar, aunque sin implicaciones políticas claras.
Durante los primeros meses del año, el emérito volvió a aparecer en público en diversas ocasiones: en los funerales de sus sobrinos Fernando y Juan Gómez-Acebo, y en la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con Teresa Urquijo. A la par, comenzaron a aflorar rumores sobre sus memorias, que estaba dictando a la escritora francesa Laurence Debray.
El resultado de ese trabajo verá la luz próximamente bajo el título Reconciliación, editado por Planeta en España. En sus páginas, Juan Carlos busca reivindicar su legado como garante de la transición democrática, del consenso constitucional y del impulso europeo de España. Intenta, además, contrarrestar lo que percibe como abandono por parte de su entorno, incluida su propia familia.
Demandas frustradas y nuevos destinos
En su empeño por limpiar su imagen, Juan Carlos emprendió iacciones legales contra el expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla, por unas declaraciones que consideró injuriosas, y contra Corinna Larsen, a quien reclama la devolución del dinero que, según él, no fue un regalo, sino un depósito.
Aunque su base sigue siendo Abu Dabi, el rey emérito ha diversificado sus estancias en Europa. Ha pasado tiempo en Ginebra, donde vive su hija Cristina; en Londres, donde mantiene contactos privados; y recientemente en Cascais, Portugal. Sin embargo, ningún paso indica que esté preparando un regreso definitivo a España. Ni hay voluntad política ni un ambiente social propicio para ello.
Cinco años después: más lejos que nunca
A punto de cumplirse el 50.º aniversario de su proclamación como rey —que se celebrará en noviembre de 2025—, Juan Carlos I está más alejado que nunca de su país. Ni sus comparecencias públicas, ni sus memorias, ni sus gestos familiares han conseguido restablecer la imagen que tuvo durante décadas.
No ha sido condenado judicialmente por ninguno de los escándalos que lo empujaron al exilio, pero su figura sigue siendo motivo de incomodidad institucional. En contraste, la princesa Leonor, la heredera al trono, avanza con pasos firmes y una imagen impoluta. Como ocurrió hace unas semanas, cuando el buque escuela Juan Sebastián de Elcano navegaba con ella por la ría de Pontevedra, mientras Juan Carlos se despedía discretamente de Sanxenxo. En Zarzuela y en Moncloa no descartan que cuando llegue el momento de cambiar de mundo, al emérito le pille en su residencia habitual. Y sobre ese supuesto se gestionan las situaciones que están por llegar.