Casas Reales
La historia del brillante que Bárbara Rey le entregó como garantía de préstamo al Rey y que fue su regalo de boda con Ángel Cristo
Sara Tejada
Esta es la historia del brillante que Bárbara Rey tuvo que entregar a Juan Carlos I al principio de su affaire, a finales de los años 70: Para que el antiguo monarca le hiciera un préstamo personal, la vedette tuvo que entregarle esa joya como garantía. Así se lo aconsejaron a sus asesores a Su Majestad. Ese préstamo precedió a cualquier otra entrega de dinero, incluidas las que la vedette recibió como consecuencia de sus chantajes, tal y como se ha publicado y ha confirmado el hijo de la actriz. Cuando en 1980 paró la relación y Bárbara se casó con Ángel Cristo, el Rey Juan Carlos le devolvió aquel brillante alegando que era regalo de boda.
Bárbara se quejaba a menudo con sus amigos cercanos de lo poco generoso que había sido con ella el Rey Juan Carlos. La vedette aseguraba que la relación le había arruinado su vida profesional y como consecuencia su economía. Una queja no muy justificada según los datos que aportan los periodistas Juan Fernández Miranda y Javier Chicote, en su libro El Jefe de los espías, elaborado a partir de los escritos que dejó el teniente general Emilio Alonso Manglano, responsable del CESID, los servicios secretos españoles, entre 1981 y 1995.
Un libro de plena actualidad después de salir a la luz fotos, audios y documentos inéditos de la relación entre el antiguo jefe de Estado y la actriz y presentadora de televisión. La que fuera mujer del domador Ángel Cristo, fallecido en mayo de 2010, recibió de Juan Carlos I 25 millones de pesetas en su primer intento de chantaje, a cambio de su silencio y de no dar a conocer públicamente las pruebas de su relación. Un año después solicitaba más dinero y llegó a un acuerdo de cobrar 100 millones de pesetas de entrada y 500 más, en incómodos plazos, a raíz de 50 millones al año durante los próximos 10 años. Hemos conocido que los dos últimos plazos no llegaron a pagársele, el Cesid y el Gobierno cortaron el grifo. Lo cierto es que la murciana gastó los primeros 25 millones en sólo un año, según su hijo, a causa de su adicción al juego. O sea, en los casinos, y recuperó más tarde las amenazas con un nuevo chantaje, sin cumplir el acuerdo de destruir el material comprometido de sus encuentros con el rey.
La inmensa cantidad de dinero no fue suficiente para acallar a Bárbara porque según su propio hijo y otros testimonios, fue incapaz de administrar esa fortuna y siempre necesitaba más. En alguna ocasión le pidió directamente al Rey que le hiciera un préstamo, según contó en una cena privada Sabino Fernández Campo, el jefe de le Casa del Rey, al que le tocó vivir y sufrir las consecuencias de las infidelidades del antiguo monarca con Bárbara Rey, Marta Gayá y otras que no han salido a luz, por el momento.
Préstamo personal: "Devuélvale su brillante"
La ex vedette, según Fernández Campo, le pidió prestado un millón de pesetas, y don Juan Carlos aceptó, pero le exigió una garantía de que le sería devuelto. Entonces ella le dio un brillante de cierto valor, firmaron un papelito y un tiempo después Bárbara anunció su boda con Ángel Cristo. Fernández Campos le sugirió al rey que le devolviera a su ex amante (la relación había parado, de momento) como regalo de boda el brillante que guardaba como garantía. El rey así lo hizo y ella le quedó muy agradecida. Un gesto de generosidad inédita, teniendo en cuenta que el padre de Felipe de Borbón y Grecia no tenía fama precisamente de ser espléndido económicamente con sus familiares y amigos.
La versión que Bárbara Rey contó hace año y medio a Pablo Motos en El Hormiguero fue algo distinta. La actriz explicó que le vendió una joya al rey Juan Carlos cuando estaba pasando por un apuro económico. Que ella tenía un brillante que había comprado de ocasión y que tenía a la venta debido a que necesitaba dinero. Bárbara dijo que al ver que nadie lo quería, contactó con el Rey para que este se lo comprase, y que él aceptó, pero que le dio una tercera parte de lo que valía realmente. No fue así.
Un carísimo reloj de lujo
No fue el único préstamo personal. Bárbara contó a un amigo que nos pide no publicar su nombre que se gastó un dinero importante en regalarle al rey un carísimo reloj de una marca de lujo, algo que le encantó a Su Majestad, coleccionista de relojes de alto nivel. Se ha dicho que los relojes que le regalaban a veces los vendía al propietario de una tienda de confianza en Madrid. Cuando Bárbara le pidió otro préstamo y don Juan Carlos se resistió a dárselo en efectivo, le devolvió el reloj que ella le había comprado, para que lo vendiera y se quedara con lo que le dieran.