Casas Reales
La reina Sofía da el último adiós a su leal ayudante, Marisa Satrústegui, en una misa funeral en Madrid
- Falleció el pasado mes de septiembre
- La Reina Sofía reaparece más seria y tensa que nunca en pleno escándalo por los audios de Don Juan Carlos y Bárbara Rey
Beatriz Cortázar
Hace apenas unos días la reina Sofía acudió junto a sus dos hijas, las infanta Elena y Cristina, a la iglesia de los jesuitas de Madrid. Recién llegadas de Grecia, donde pudieron acompañar a Teodora de Grecia en el día de su boda, doña Sofía quiso acudir a la misa funeral por el alma de Marisa Satrústegui, quien fuera su leal ayudante al igual que lo fue Laura Hurtado de Mendoza como secretaria personal desde 1970 y actual consejera y amiga. Marisa Satrústegui falleció este pasado verano y la reina no podía faltar a esa despedida, donde además coincidió con muchas amistades de algunos de los mejores momentos de su reinado, junto a don Juan Carlos, a pesar de todo lo que se sabía, y ya es de dominio público sobre el matrimonio.
Sin duda, la lealtad de las secretarias de la reina es algo que seguramente forme parte de una España que también se va. Jamás hubo una palabra ni un chisme fuera de los muros de palacio. Los secretos de pasillos, salones o alcobas, estaban a buen recaudo y eso es algo que ya parece imposible que ocurra en nuestros días. Por esa lealtad a la institución es por lo que se va una generación de mujeres y hombres que atesoraban y velaban por el buen funcionamiento no solo de la casa, sino también de sus inquilinos.
En la misa funeral Doña Sofía ocupó un lugar destacado junto a sus hijas y la duquesa de Calabriq. Llamó la atención que la reina en ningún momento participó en la ceremonia con los rezos como tampoco comulgó. Sí pudo conversar después no solo con los familiares de la difunta, sino también con muchos amigos que quisieron aprovechar el momento para saludarla, ya que hacía tiempo que no se encontraban. Aún no habían saltado a los medios los audios de don Juan Carlos con Barbara Rey hablando precisamente de la reina pero el mar de fondo ya estaba preparado.
La reina se mostró tranquila y sin ninguna prisa por volver a casa. Llama la atención que cuando habla con sus hijas lo hace siempre en inglés y que a pesar de llevar más de 60 años en nuestro país todavía le cuesta hablar el castellano. Doña Sofia y las infantas también se encontraron con las hermanas Marone primas del rey, y con Elena Vergarajauregui, que en años atrás se encargó también de la logística de la casa del príncipe Felipe hasta que doña Letizia decidió cambiar el organigrama.
Este martes se espera que la reina Sofía acuda a la entrega de los premios Mapfre y que de nuevo lo haga con su infanta Elena que a fin de cuentas trabaja para esa fundación. Como es habitual en su salidas en público no habrá turno de preguntas ni momento para hacer declaraciones. Si nunca se han hecho se da por sabido que ahora con todo el escándalo que hay y que salpica a su matrimonio con el emérito se van a evitar al máximo. Aunque sea de forma extraoficial, la consigna es proteger a la reina e intentar que todo este tsunami mediático de fotografías y audios de los amantes apenas le salpiquen. Cuesta creer que esto pueda ocurrir, pero al menos van a intentar en sus apariciones públicas que doña Sofía viva al margen de estos dimes y diretes y siga mostrándose como la gran profesional que es, en palabras de su todavía marido, el rey emérito.