Casas Reales

Juan Carlos I utiliza el avión de tres millones de euros que le presta su dentista de Vitoria


Informalia

Semana de tormenta para Juan Carlos I. Una visita a Sanxenxo que coincidió con dos ciclones para el antiguo jefe del Estado: las fotos de los besos a Bárbara Rey en la revista holandesa Privé tomadas en 1994 en la casa de la actriz de Boadilla del Monte (Madrid) y las memorias de don Juan Carlos, Reconciliación, el libro de la periodista francesa y amiga del emérito, Laurence Debray. En esta visita a España, el padre de don Felipe se ha desplazado en un avión propiedad de su odontólogo de cabecera, el Dr. Eduardo Anitua de Vitoria. Un tour que este año le ha llevado también a Cascais (en Portugal) y por supuesto a Sanxenxo, donde se han disputado las regatas que llevan su nombre. Lo publica El Confidencial.

La aeronave se trata de un Cessna 560XL de tres millones de euros, y que le ha servido al rey emérito para cubrir sus desplazamientos a Portugal y al aeropuerto de Peinador en Vigo con parada, claro, en Vitoria donde visitó a su amigo íntimo dentista. En Vitoria también recibe un tratamiento antiaging. Según publica el mencionado digital, Anitua, íntimo del monarca, le deja el avión por su amistad sin cobrarle nada a cambio. Como el padre de Felipe VI tributa en Abu Dabi, donde tiene fijada su residencia fiscal, no está obligado a rendir cuentas sobre cómo sufraga sus gastos cuando viene a España. Entre ellos, los gastos derivados de sus desplazamientos en avión.

En su semana de altísima tensión informativa, el emérito pidió ver a su nieta Leonor, que estudia en la Escuela Naval Militar de Marín, a 40 minutos en coche del Club Náutico de Sanxenxo, cuartel general de regatas del antiguo monarca. Y así fue. Se dio la circunstancia de que esta reunión, de carácter privado, se produjo porque ese mismo viernes 27 los Reyes se encontraban en Marín visitando a su hija.

El domingo 29 se clausuraban las regatas de la ría de Pontevedra en el Real Club Náutico de Sanxenxo. Juan Carlos, sentado en un taburete durante la entrega de premios, recibió una inesperada sorpresa por parte de la Federación Gallega de Vela, que le concedió la primera medalla de oro por "deportista, promotor y embajador del deporte en todo el mundo".

Después del evento, el mérito abandonaba el club vitoreado y aplaudido por incondicionales al grito de "¡Viva España!". Sonriente por estas muestras de cariño, deslizó a los medios que su estancia en Sanxenxo y su reunión con los Reyes y Leonor había ido "muy bien" y que todo "estupendo".