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Los rivales en Ucrania exhiben su fuerza antes de una reunión internacional



    Por Gabriela Baczynska y Thomas Grove

    KRAMATORSK/SLAVIANSK Ucrania (Reuters) - Las fuerzas del Gobierno ucraniano y separatistas de la milicia prorrusa realizaron el miércoles demostraciones de fuerza en el este de Ucrania, en medio de una creciente retórica en la víspera de unas conversaciones cruciales de cuatro potencias en Ginebra sobre el futuro de la ex república soviética.

    Las fuerzas del Gobierno llevaron siete vehículos blindados de transporte de personal con la bandera ucraniana a la ciudad de Kramatorsk después de quitarles el control a los rebeldes de un aeródromo cercano el martes, lo que llevó al presidente ruso Vladimir Putin a advertir del riesgo de una guerra civil.

    Pero a 15 kilómetros de distancia, hombres armados en diferentes tipos de vestimenta de combate trasladaron seis vehículos blindados de transporte de personal, uno de ellos con la bandera rusa, a la ciudad de Slaviansk, deteniéndose frente a la Alcaldía, que está ocupada por los separatistas. Los hombres armados saludaban mientras conducían y algunas personas les respondían diciendo: "¡Bien hecho chicos!" y "Rusia, Rusia".

    En el cielo, un avión de combate ucraniano realizó varios minutos de acrobacias sobre la principal plaza de la ciudad, en una clara demostración de fuerza de los efectivos de Kiev.

    En la ciudad industrial de Donetsk, decenas de separatistas armados con rifles de asalto Kalashnikov y enmascarados ocuparon el edificio del Ayuntamiento, en demanda de un referéndum, dijo el portavoz del Gobierno local, Maxim Rovinsky.

    "La policía no intervino. Describiría esta situación como surrealista (...) Demandan que el Parlamento ucraniano adopte una ley sobre referendos locales", agregó.

    La demostración de poder y la retórica incrementaron los temores a la violencia después de que unos hombres armados respaldados por Moscú ocuparan edificios públicos en 10 ciudades y pueblos del este del país la semana pasada.

    El Gobierno de Kiev está buscando retomar el control lentamente y sin derramamiento de sangre antes de la reunión del jueves en Ginebra, en la que los ministros de Exteriores de Rusia y Ucrania tienen previsto reunirse por primera vez en presencia de Estados Unidos y la Unión Europea.

    Rusia, que se ha negado a reconocer el Gobierno pro-occidental de Ucrania desde que el presidente Viktor Yanukovich, respaldado por Moscú, fuera destituido por protestas masivas en febrero, buscó dramatizar la inestabilidad en su vecino antes de las conversaciones.

    Putin dijo a la canciller alemana, Angela Merkel, en una conversación telefónica a última hora del martes que Kiev se había "embarcado en un camino anticonstitucional", usando el Ejército contra los rebeldes.

    "La fuerte escalada del conflicto pone al país, en efecto, al borde de la guerra civil", según un comunicado del Kremlin, que citaba a Putin. El primer ministro ucraniano, Arsey Yatseniuk, reaccionó acusando a Moscú de "exportar terrorismo a Ucrania".

    El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en declaraciones realizadas en Vietnam antes de dirigirse a Ginebra, dijo que Kiev debería escuchar a lo que llamó la voz del pueblo de Ucrania y evitar la fuerza.

    "Es inaceptable usar las fuerzas (armadas) en el este de Ucrania", dijo a periodistas en Hanoi.

    El Gobierno ucraniano lanzó el martes lo que llamó una "operación especial" contra la milicia separatista en el este del país, de habla rusa, aunque más allá de llevar soldados, la acción estuvo limitada y evitó provocar víctimas.