Un coche bomba deja 14 muertos en el norte de Siria
El ataque acabó con la relativa calma en una región en el norte de Siria que ha sido un escondite seguro para miles de refugiados que huyen de una guerra civil que pronto cumplirá tres años.
La bomba explotó en la ciudad de Atmeh, situada entre olivares frente a la localidad turca de Bukulmez, en la provincia de Hatay.
El blanco era un hospital de Ghassan Abboud, un empresario pro-oposición propietario de Orient Television.
Orient Television, con sede en Dubái y que transmite para Siria, ha sido vehemente en sus críticas al Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL, por su sigla en inglés), un grupo escindido de Al Qaeda que ha capturado zonas estratégicas en la frontera y ha cortado líneas de abastecimiento hacia el interior a grupos de rebeldes más moderados.
Atmeh ha estado bajo el control de una coalición de islamistas rebeldes, entre ellos el Frente Al Nusra y el Frente Islámico, quienes expulsaron a los combatientes de ISIL de la ciudad hace dos meses.
Un doctor del hospital estatal en Reyhanli, al otro lado de la frontera turca, que apoya a los rebeldes sirios, dijo que varios sirios heridos fueron llevados allí, algunos en situación crítica.
"La fachada del hospital se cayó. La mayoría de las víctimas fueron transportadas a Bab al Hawa y a otro hospital en Atmeh. Algunos de los peores casos llegaron a Turquía", dijo el testigo Abdallah Saleh.
Zakwan al-Hadid, un activista de oposición en Idlib dijo que el ataque parecía ser obra de ISIL. "Orient ha sido implacable en criticar a ISIL e ISIL ya ha secuestrado a varios periodistas de Orient. El régimen también se beneficia de que un refugio como Atmeh sea atacado", agregó.
Orient Foundation, una red humanitaria dirigida por Abboud, dijo que había pacientes, doctores y enfermeros entre las víctimas.
"Este ataque barbárico se produjo contra un hospital que trata a los heridos de las bombas que el régimen utiliza en áreas liberadas. Orient Foundation acusa al régimen de Asad de estar detrás del ataque", dijo un comunicado de Orient.
Decenas de miles de personas han muerto desde que se inició la revuelta contra Asad en marzo de 2011, con protestas a favor de la democracia. El movimiento se convirtió en un levantamiento militarizado bajo la represión de las fuerzas de seguridad de Assad.
Ahora, combatientes islamistas, entre ellos yihadistas de todo el mundo, han eclipsado a grupos laicos y también están en guerra entre ellos en gran parte del país, con el Frente Nusra y otros islamistas combatiendo al Estado Islámico de Irak y Levante, un grupo renegado de Al Qaeda.