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Benedicto XVI renuncia: "No tengo ya fuerzas para seguir como Papa"

    El Papa, Benedicto XVI. <i>Imagen: EFE</i>


    "He llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio de Pedro". La noticia de que el Papa Benedicto XVI renuncia a liderar la Iglesia Católica surge la mañana de ayer, durante una rutinaria ceremonia de canonización en el Vaticano. Y la frase, pronunciada por el mismo Papa en latín, empieza a dar la vuelta al mundo. Joseph Ratzinger -elegido Pontífice en 2005- dejará el cargo a las ocho de la tarde del próximo 28 de febrero, pasando el mando interino de la Iglesia al camarlengo vaticano Tarcisio Bertone.

    Una transición durante la que el papado permanecerá vacante pero que, según los auspicios del Vaticano, tendrá que ser "lo más breve posible". El cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI se celebrará en marzo y, confiando en la fumata blanca, en Semana Santa los católicos tendrán un nuevo Papa, mientras Ratzinger se retirará a un monasterio para orar.

    Es la primera renuncia en 600 años -sólo cuatro veces en la historia milenaria de la Iglesia ha pasado algo parecido-, pero se da en una época en la que el Vaticano era una pieza relevante de las intrigas políticas del Viejo Continente. Los últimos tiempos, sin embargo, han sido algo turbulentos con el caso Vatileaks y la filtración de documentos reservados.

    Los escándalos no son la causa de la renuncia del Papa, pero podrían haber contribuido a su cansancio: él mismo ya había manifestado que no quería ser el líder renqueante de una Iglesia que necesita más que nunca el impulso de nuevas energías. Por ello, la renuncia ha cogido por sorpresa también a parte de la curia vaticana, pero no a todos sus representantes.

    Los rumores sobre este abandono eran intensos en los últimos meses, hasta el punto de que, desde hace tiempo, en los palacios de Roma se barajan dos nombres para ocupar el cargo: el prefecto de obispos Marc Ouellet y el cardenal de Milán Angelo Scola. También podrían dar la sorpresa el cardenal ghanés Peter Tukson, monseñor Antonio Cañizares, o incluso el también español Antonio María Rouco Varela, que ayer comentó: "Estamos afectados y huérfanos ante la decisión".

    Respeto de las autoridades

    Reacciones de sorpresa y respeto ha habido también en la otra orilla del Tíber, donde la noticia ha irrumpido en la campaña electoral a pocos días del voto (Mario Monti afirmó sentirse "muy turbado por esta noticia inesperada"). En Alemania, el país de Ratzinger, los creyentes están especialmente afectados por la noticia.

    La mayoría de líderes políticos alemanes expresaron ayer su "gran respeto" ante la decisión del Pontífice, alabaron su trabajo y recalcaron la importancia que tuvo para la historia del país contar con un Papa alemán. En concreto, la canciller Angela Merkel -de religión protestante- agradeció al Pontífice su trabajo y le calificó como "uno de los pensadores religiosos más significativos de nuestros tiempos".

    El líder parlamentario de los Verdes, Volker Beck, sin embargo, criticó la supresión de la excomunión de los antisemitas, llevada a cabo bajo el mandato del actual Papa. Por su parte, el hermano del pontífice, Georg Ratzinger, también sacerdote, contó ayer que el médico aconsejó al Papa no hacer mas viajes transatlánticos ya que tiene dificultades para caminar. "Mi hermano desea una vejez más tranquila", aseguró.