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Un fiero Biden abre camino a Obama para intentar la remontada
La semana pasada, Obama se mostró en gran parte pasivo en su primer debate contra el republicano Romney con vistas a las elecciones del 6 de noviembre.
Pero el jueves por la noche, el vicepresidente Biden dio nuevas fuerzas a los demócratas en su debate al enfrentarse de forma agresiva a Paul Ryan, compañero de candidatura de Romney, en temas como impuestos, sanidad y política exterior.
Un sondeo de Reuters/Ipsos realizado tras el debate mostró que el 42 por ciento de los votantes registrados creía que Biden había ganado, frente al 35 por ciento que se inclinó por Ryan. El 23 por ciento dijo no saber quién había salido victorioso.
"Los debates vicepresidenciales no cambian resultados electorales, pero podrían haber hecho un poco para cambiar la marea", dijo la encuestadora de Ipsos Julia Clark.
En un indicio de que la carrera vuelve a estrecharse, Romney adelantaba el viernes a Obama en un punto porcentual, 46 frente a 45 por ciento, entre los votantes probables en el sondeo en línea diario de Reuters/Ipsos. Romney estaba tres puntos por delante en la encuesta del jueves. La mayoría de los encuestados respondieron antes del debate vicepresidencial.
Más de 51 millones de estadounidenses vieron el debate entre Biden y Ryan, según datos de audiencia publicados el viernes.
Los republicanos intentaron impedir que la aparición de Biden diera impulso a la candidatura demócrata criticando el comportamiento del vicepresidente durante el debate. Señalaron que Biden sonrió demasiado y fue maleducado con Ryan durante el animado encuentro.
La campaña republicana se centró especialmente en unos comentarios de Biden sobre la seguridad en el complejo diplomático estadounidense atacado el mes pasado en Bengasi, Libia, apuntando a desacreditar la credibilidad de Obama en política exterior.
Por su parte, los demócratas rechazaron esa postura como un intento de politizar una tragedia.
Biden intentó mantener la presión sobre sus rivales el viernes, aprovechando una visita al estado natal de Ryan, Wisconsin, para atacarle por sus posiciones sobre el aborto y la guerra en Afganistán.