Crisis entre Venezuela, Colombia y Ecuador avanza a niveles sin precedentes
La disputa abordada este martes por la OEA, subió de tono entre acusaciones de "patrocinio de genocidas", lanzada por el presidente colombiano Alvaro Uribe y señalamientos de los vínculos de éste con el narcotráfico y "horrendos crímenes de guerra" de los paramilitares de derecha, planteada por Caracas.
El presidente colombiano denunció que un comandante de las FARC, Iván Márquez, tendría un campamento en territorio venezolano y anunció que acusará a Chávez de patrocinio y financiación de genocidas, ante la Corte Penal Internacional (CPI), en alusión al grupo rebelde.
Uribe esgrime una amenaza "risible" con su anuncio de acudir a la CPI y ataca "vilmente la honorabilidad del Jefe de Estado venezolano, montando un expediente burdo sobre la base de falsificaciones e inventos", respondió el canciller venezolano Nicolás Maduro.
El presidente venezolano Hugo Chávez asumió como propio el agravio denunciado por su homólogo ecuatoriano y acusó a su principal rival en Sudamérica, el presidente Alvaro Uribe, de ser un instrumento de Estados Unidos, entre epítetos de "mentiroso, mafioso y paramilitar".
Casi al unísono, Venezuela y Ecuador tomaron medidas diplomáticas severas contra Colombia y anunciaron una reunión en Caracas el miércoles.
Caracas expulsó el lunes al embajador de Colombia, luego de cerrar su embajada en Bogotá y ordenar un despliegue militar en la frontera, mientras Ecuador anunciaba la ruptura de relaciones con Bogotá y también militarizaba la zona fronteriza.
La medida dejó suspendidas y al borde de la ruptura total, las relaciones entre Caracas y Bogotá según explicó a la AFP un portavoz de la cancillería venezolana.
Las denuncias subieron de tono y Maduro dijo ante el Congreso que Colombia lanzó "un golpe artero contra Ecuador; y ese golpe iba a ser en Venezuela".
El canciller aseguró que las denuncias de Chávez "logró neutralizarlo (el golpe), detenerlo y evitarlo", reseñando alertas previas de Venezuela.
Maduro recapituló las denuncias sobre planes de una provocación militar colombiana contra Venezuela y afirmó que, utilizando el argumento de la "legítima defensa", Colombia practica la llamada política antiterrorista de Estados Unidos y de "guerra preventiva".
Colombia está "copiando el modelo israelí, para establecer un estado parapolicial al margen de los principios de soberanía", exclamó.
La disputa tomó ribetes escandalosos cuando ambos países comenzaron a divulgar información de vínculos secretos de Caracas con las FARC y de Bogotá con el narcotráfico.
Bogotá anunció que la computadora personal de Raúl Reyes confiscada en el ataque en suelo ecuatoriano contiene documentos y fotografías que comprometen a los gobiernos de Venezuela y Ecuador con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).
Venezuela negó esa acusación y respondió que el director de la Policía colombiana, general Oscar Naranjo, está ligado al narcotráfico.
"Empiezan a hablar de 300 millones de dólares (entregados por Venezuela a las FARC), son falacias absolutas", dijo el ministro de Interior venezolano, Ramón Rodríguez Chacín.
A la vez, el ministro venezolano mostró un computador portátil decomisado al capo narcotraficante Wilber Varela, alias Jabón, muerto en Venezuela, y señaló que los datos encontrados revelan nexos con el narcotráfico del director de la Policía colombiana, general Oscar Naranjo, quien presentó los documentos de Reyes.