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Los rebeldes de Mali entran en la norteña Gao



    GAO/BAMAKO (Reuters) - Rebeldes fuertemente armados que se desplazan en camionetas entraron en la ciudad de Gao, en el norte de Mali, el sábado, aprovechándose del caos causado por el golpe militar de la semana pasada para ganar terreno.

    El ataque llega un día después de que los rebeldes - alianza de separatistas nómadas tuaregs e islamistas locales - se hicieran con el control de Kidal que, junto con Gao y el histórico enclave comercial de Tombuctú, es uno de los tres principales centros regionales del norte de Mali.

    "Los vi (a los rebeldes) entrando en la ciudad e izando sus banderas Azawad", dijo un periodista de Reuters, en referencia a un territorio desértico mayor que Francia y que los rebeldes quieren convertir en su territorio.

    "Se puede escuchar fuego de armas pesadas por toda la ciudad", añadió el periodista, diciendo que los rebeldes habían establecido una base en un puesto de bomberos a las afueras, que luego cayó bajo ataque de helicópteros del Ejéricto y armas pesadas.

    Algunas unidades rebeldes coreaban "Dios es grande" en árabe, dijo, sugiriendo que estaban vinculados con grupos islamistas que no tienen objetivos separatistas pero que en su lugar quieren imponer la sharia en el país de mayoría musulmana.

    Los disturbios en el tercer mayor productor de oro de África se han incrementado a raíz de la llegada de armas de Libia durante el conflicto del año pasado, y existe el peligro de que creen una amplia zona sin ley en el desierto del Sáhara que los islamistas y los grupos criminales podrían explotar.

    "MIRAR POR ENCIMA DEL HOMBRO"

    Oficiales de rango medio que protagonizaron el golpe de Estado de la semana pasada acusaron al Gobierno de darles recursos inadecuados para combatir a los rebeldes. Pero el golpe se ha convertido en un acicate espectacular para que los rebeldes ganen terreno.

    Los avances de los rebeldes tuareg, que han unido fuerzas con aliados islamistas, probablemente incrementen las preocupaciones occidentales sobre la inseguridad creciente en el oeste de África.

    "Si tienes una revuelta islamista exitosa en el norte de Mali, la gente mostrará un gran interés", dijo John Campbell, destacado miembro del departamento de estudios de política africana Ralph Bunche en el Consejo de Relaciones Internacionales con sede en Nueva York, a Reuters esta semana.

    Campbell, ex embajador estadounidense en Nigeria, dijo que un líder que podría estar atento a la rebelión será el presidente nigeriano Goodluck Jonathan, cuyo gobierno está combatiendo una insurgencia de la secta islamista Boko Haram en el principal productor de petróleo del norte musulmán africano.

    El presidente de Mali, Amadou Toumani Touré, cuyo gobierno de una década estuvo asociado con la estabilidad y la creciente frustración con una élite política acusada de hacer la vista gorda a la corrupción generalizada, ha dicho que está seguro en un lugar no desvelado del país.

    El líder golpista, el capitán Amadou Sanogo, que ha ganado suficiente apoyo callejero a su golpe, suplicó ayuda exterior para preservar la integridad territorial de la ex colonia francesa, que es también un importante productor de algodón.

    Los países vecinos no han respondido a su petición, sin embargo, y le han dado hasta el lunes para empezar a entregar el poder a los civiles o ver cómo las fronteras del país, que no tiene acceso al mar, quedan selladas.

    En una muestra de que se están dando pasos para negociar y para poner fin al caos, tres miembros de la nueva junta mantuvieron conversaciones en Burkina Faso con el presidente de ese país, Blaise Compaore, nombrado por los líderes del oeste de África principal mediador en la crisis.