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La Cámara de Representantes de EEUU aprueba el paquete fiscal propuesto por los republicanos

  • Extiende los recortes de impuestos a la nómina y los subsidios de desempleo
El presidente de EEUU, Barack Obama.


La Cámara de Representantes de EEUU ha aprobado una prórroga de los recortes de impuestos a la nómina y los subsidios de desempleo pero, al imponer un plazo para el polémico oleoducto de Keystone XL, afronta una muerte segura en el Senado.

Con 234 votos a favor y 193 en contra, la Cámara baja aprobó una medida republicana que extiende los recortes de impuestos a la nómina por un año y los subsidios de desempleo por otros dos.

Además, impone un plazo de 60 días para que la Administración Obama apruebe el permiso para la construcción del oleoducto Keystone XL, que afronta la oposición de grupos ecologistas y algunos sindicatos.

¿Una medida destinada al fracaso?

Aunque se trata de un bálsamo para la clase media en tiempos de crisis, la medida está destinada al fracaso en el Senado, bajo control demócrata, y afronta una amenaza de veto del presidente Barack Obama.

Poco después del voto y a 18 días de que venzan los recortes tributarios, la Casa Blanca instó al Congreso a que actúe sin demoras para no perjudicar a 160 millones de estadounidenses.

"No es el momento para que los republicanos en Washington sumen puntos políticos a costa del presidente. No es el momento de retomar las viejas batallas ideológicas, ni el momento para romper el acuerdo bipartidista del verano pasado y perjudicar a la clase media" con recortes públicos, dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Agregó que sería "simplemente inexcusable" que los legisladores se vayan de vacaciones sin aprobar una medida que impida una subida de impuestos, y expresó confianza en que tanto demócratas como republicanos logren un consenso "para proteger a la clase media y completen sus labores presupuestarias".

Diferencias entre republicanos y demócratas

Mientras la Cámara baja realizaba el voto al final de un debate de 90 minutos, los demócratas del Senado dejaron en claro que votarán en contra de la medida.

Durante el debate, tanto demócratas como republicanos manifestaron sus diferencias ideológicas sobre cómo financiar los recortes tributarios y cómo espolear la recuperación económica.

En general, los republicanos insisten en recortes al gasto público mientras que los demócratas urgen un aumento de impuestos a los ricos.

De hecho, los demócratas ofrecieron una alternativa que incluía aumentos de impuestos a los millonarios para financiar los recortes tributarios, pero ésta fue derrotada.

Si el Congreso no extiende los recortes de impuestos a la nómina, estos subirán el próximo 1 de enero de la tasa actual del 4,2 % al 6,2 %, que para la familia típica significaría un aumento promedio de mil dólares adicionales.

El oleoducto, ¿una cortina de humo?

Pero la inclusión del oleoducto canadiense, una táctica de presión de los republicanos, generó la mayor discordia, y los demócratas no lograron torpedear la votación de la medida.

El presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, lamentó la posibilidad del veto presidencial porque, a su juicio, la medida fomenta la creación de empleos en el sector privado.

Su colega republicano de Luisiana, Steve Scalise, aseguró que la construcción del oleoducto de 7.000 millones de dólares, que trasladará petróleo desde el occidente de Canadá hasta las costas tejanas del Golfo de México, ayudará a crear 20.000 empleos y, en su opinión, no hay razón en el mundo para oponerse al proyecto.

Desde un mismo guión, los demócratas, entre ellos la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el legislador neoyorquino Charles Rangel replicaron que la exigencia republicana sobre Keystone XL no es más que una "cortina de humo".

Rangel consideró que lo correcto es votar por separado el asunto del oleoducto y no maniatar al Congreso con elementos "extrínsecos".

Ante las presiones de grupos ecologistas, el Departamento de Estado, implicado en la supervisión del oleoducto por tratarse de un proyecto transfronterizo, ha postergado una decisión definitiva hasta el primer trimestre de 2013 mientras evalúa una nueva ruta en el tramo de Nebraska.

El enfrentamiento entre ambos partidos se produce en unos momentos en que las encuestas reflejan el descontento popular con la clase política, mientras la débil recuperación económica se perfila como el tema dominante de las elecciones de 2012.