El tabú de la política del hijo único en China
En el año 1980 se impuso en China la política del hijo único, exigida a base de incentivos y sobre todo medidas coercitivas, con multas, pérdida de beneficios sociales e incluso abortos forzosos.
En algunos casos ha habido excepciones, como que los campesinos pudieran tener un segundo hijo siempre y cuando el primero hubiese sido una niña, y corruptelas, como que los ricos que se permitiesen pagar las multas tuvieran más hijos.
Esto empezó a inquietar a las autoridades chinas, que ya consideraban suficiente la población actual de 1.338 millones de habitantes. Sin embargo la población china nunca se conformó con ese único hijo para poder mantener esa política, y las autoridades han decidido castigar a los altos funcionarios, empresarios y celebridades que tienen demasiada descendencia, privándoles de beneficios fiscales y promociones, tal y como hoy recoge el diario galo Le Monde.
De ahí que los agentes de la planificación familiar han empezado a tomar medidas, alguna que otra drástica, como abortos forzosos a mujeres que habían infringido la norma para que la población empiece a respetar la ?cuota? del hijo único.
Abortos y ligaduras
En Linyi, en Shandong, el militante Chen Guangcheng reunió en 2005, con la ayuda de dos juristas pekineses, Teng Biao y Guo Yushan, decenas de testimonios sobre las violencias sufridas por las familias.
Jurista autodidacto, Chen Guangcheng fue una figura local muy cercana. Los campesinos solían pedirle consejo cuando se consideraban víctimas de alguna injusticia. Estuvo en la cárcel durante cuatro años en 2006 por "haber perturbado la circulación" y " perjudicar a la conservación del orden público ". En el año 2010 salió, pero hoy en día se encuentra secuestrado en su casa con su familia en represalia por su papel como delator.
El informe en el cual participó Chen Guangcheng, titulada "Estudio de evaluación sobre la planificación familiar en Linyi", de Teng Biao, es una traducción de algunas de las pruebas reunidas por los investigadores.
Fang Zhongxia vivía en la aldea de Xiajiagou. Tenía dos hijas y pidió un anillo anticonceptivo. Sin embargo volvió a quedarse embarazada. Los agentes de planificación familiar al enterarse salieron en su busca. Al no encontrarla y hacerla volver los agentes detuvieron a 21 personas, tres de las cuales eran niños, una mujer embarazada y otra de 70 años. Fueron maltratados y obligados a pagar 1.000 yuanes para ser liberados (114 euros). Finalmente, Fang Zhongxia vuelve al pueblo embarazada de 7 meses. Es obligada a abortar y ha hacerse la ligadura de trompas.
Otro caso, Bingmei Hu, de 34 años, vivía en la aldea de Nanjiashi (pueblo de Sunzu, condado de Yinan). La obligaron a hacerse una ligadura de trompas, pero ella se niega y es llevada por la fuerza al hospital. Los médicos dicen que sufre de hipertensión y no deben de hacerla la operación. El director adjunto de servicios de planificación familiar en el condado decretó que no había ningún problema y que debía someterse a la operación. Fue obligada a firmar un documento que acreditase que se había hecho la operación por su propia voluntad. Para ello debe decir que sufría un grave dolor de estómago.
Eslóganes estremecedores
Los eslóganes de planificación familiar han sido siempre extremadamente violentos en la ciudad de Linyi: "Pide un anillo anticonceptivo después de tener tu primer hijo", "Hazte una ligadura después del segundo hijo, de lo contrario la ley se aplicará", "Sin la ligadura, la casa se derrumba. Sin el aborto, las bestias se van", "Mejor diez tumbas frescas que un niño muy... ".
Como consecuencia de la prohibición de tener más de un hijo, ha aparecido un desequilibrio en la proporción de sexos, pues a menudo las niñas son abortadas o se las deja morir.