La expansión de la economía británica confirma su asfixia
El crecimiento británico confirmó ayer su estado de asfixia, con la revisión ampliada del 0,2 por ciento que la Oficina Nacional de Estadística había dado a conocer el pasado julio en relación al segundo trimestre.
El mantenimiento del porcentaje presenta dos vertientes para un Gobierno que ve, por una parte, cómo se ha evitado un recorte aún mayor, pero también cómo las nubes de incertidumbre continúan en el paisaje económico. En cualquier caso, puede argumentar que las cifras son mejores que las de Alemania o Francia.
En cualquier caso, el cuadro completo presenta como una de las principales conclusiones para el Ejecutivo que la estrategia trazada para reducir la dependencia del sector servicios e incentivar el industrial está fallando. El primero, a pesar de la ralentización que sufrió la economía en su conjunto, creció un 0,5 por ciento, mientras que el segundo cayó nada menos que un 1,6 por ciento.
Para mitigar las alertas, los responsables de Estadística han vuelto a destacar la incidencia de factores extraordinarios, como el puente extra con motivo de la Boda Real o las consecuencias para las importaciones de automoción debido al terremoto de Japón. Según ellos, de no tener en cuenta estas excepciones, el crecimiento podría haber llegado al 0,7 por ciento en comparación con el trimestre anterior. El resultado final, por contra, mostró una reducción de hasta tres décimas con respecto al porcentaje del primer trimestre.
Lo motivos hay que buscarlos en la propia reticencia del consumidor, que ha reducido gasto a la mínima expresión debido a una inflación galopante, unos sueldos congelados desde el inicio de la crisis y un desempleo al alza. Con todo, la Oficina de Estadística espera un repunte para este tercer trimestre, aunque mantiene que las perspectivas para la segunda mitad de año son "inciertas" y no se descarta, de hecho, una nueva ralentización. Como ejemplo, sectores clave como el industrial o el comercio minorista, cuyos indicadores no han hecho más que elevar el grado de alerta