Túnez exige a Libia que detenga los ataques en su territorio
Rebeldes libios y una fuente de seguridad tunecina dijeron que el presidente de la Corporación Nacional de Petróleo de Libia desertó y huyó a Túnez, una decisión que, de confirmarse, sería un revés para los esfuerzos de Muamar el Gadafi por aplastar una rebelión de tres meses.
En la asediada ciudad de Misrata volvieron a registrarse enfrentamientos tras una pausa. Un médico indicó que siete personas resultaron heridas, la mayoría combatientes rebeldes, en choques con las fuerzas del Gobierno el martes.
La agencia estatal de noticias tunecina TAP dijo que el Gobierno amenazaría a Libia con acciones diplomáticas por "el continuo disparo de cohetes de las fuerzas libias hacia territorio tunecino".
"El Gobierno tunecino considera esos actos como una conducta beligerante del lado libio, que ha prometido más de una vez evitar que sus fuerzas disparen en la dirección de Túnez y no ha respetado sus compromisos", dijo una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores citada por TAP.
Al menos cuatro cohetes Grad de fabricación rusa disparados desde Libia aterrizaron el martes en Túnez, de acuerdo a un reportero de Reuters en el lugar.
Los ataques con cohetes del Gobierno obligaron a los rebeldes libios a retirarse brevemente del cruce de frontera Dehiba-Wazin, pero los insurgentes terminaron la jornada en control del área pese a los sostenidos bombardeos que mataron a tres combatientes e hirieron a varios más.
REAPERTURA DE FRONTERA
Un periodista de Reuters en el cruce dijo que los bombardeos cesaron el miércoles por la mañana y la frontera fue reabierta, permitiendo un flujo normal de tránsito.
El cruce es vital para los rebeldes que combaten en el frente oeste del conflicto libio, ya que por allí entran alimentos, medicamentos y combustible para abastecer las localidades en las montañas y ambulancias para llevar a los heridos a hospitales en Túnez.
Los rebeldes han tomado Bengasi y la región productora de petróleo del este de Libia, respaldados por una campaña de bombardeos de la OTAN bajo un mandato del Consejo de Seguridad para proteger a los civiles.
Pero la victoria militar que los rebeldes buscaban parece ahora lejos y muchos confían en el colapso del Gobierno de Trípoli mediante deserciones y el desencanto.
El jefe de la estatal Corporación Nacional de Petróleo de Libia, Shokri Ghanem, un tecnócrata de 68 años respetado a nivel internacional al que se le atribuye la liberalización de la economía y el sector energético en Libia, es al parecer la última figura destacada en desertar.
Un responsable del Gobierno en Trípoli dijo que no había señales de que Ghanem hubiera desertado, pero una fuente de seguridad tunecina dijo el martes que "está en un hotel con un grupo de responsables libios" en el sur de Túnez.
El ministro de Finanzas y Energía rebelde, Ali Tarhouni, dijo a Reuters durante una visita a Doha que Ghanem había abandonado su puesto.
Canadá, cuyos aviones participan de los ataques aéreos de la OTAN en Libia, dijo el martes que expulsó a cinco diplomáticos de la embajada libia en Ottawa por lo que definió como actividades "inapropiadas".
No dio detalles sobre qué habían hecho los diplomáticos y aclaró que no estaba interrumpiendo las relaciones.
En Misrata, la única ciudad controlada por los rebeldes en el oeste de Libia, un médico dijo que siete personas murieron en los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas del Gobierno.