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Occidente, en una "cruzada medieval" contra Gadafi, dice Putin



    TRIPOLI (Reuters) - El primer ministro ruso, Vladimir Putin, dijo el lunes que la resolución de la ONU que autoriza el uso de fuerza en Libia recuerda a "los llamamientos medievales a las cruzadas", después de que las fuerzas occidentales lanzaran una segunda ola de ataques aéreos.

    Mientras los ánimos diplomáticos se caldeaban por la campaña, responsables en Trípoli dijeron que un misil lanzado para matar a Gadafi había destruido su complejo fortificado, que fue intensamente bombardeado durante el Gobierno del ex presidente estadounidense Ronald Reagan en 1986.

    "Fue un bombardeo bárbaro", dijo el portavoz del Gobierno Musa Ibrahim, mostrando piezas de escombros que según dijo había dejado por el misil. "Esto contradice (las declaraciones) de estadounidenses y occidentales (...) de que no tienen como blanco este lugar", aseveró.

    No hubo comentarios sobre el ataque de parte de las fuerzas aliadas.

    En una aparición en la televisión libia el domingo, Gadafi prometió a sus enemigos una "larga guerra" después de que la ONU autorizara la intervención en la revuelta contra su mandato de 41 años en la nación norteafricana productora de petróleo.

    "La resolución es defectuosa y viciada", dijo Putin, cuyo país no usó su poder de veto para impedir la aprobación del texto en el Consejo de Seguridad de la ONU. "Permite todo. Recuerda a los llamamientos medievales a las cruzadas", agregó.

    El lunes, los diarios oficiales chinos intensificaron el rechazo de Pekín a los ataques aéreos en Libia, acusando a las naciones que respaldan la campaña de violar las normas internacionales y alentar un nuevo levantamiento en Oriente Próximo.

    China tampoco vetó la resolución de la ONU.

    Los rebeldes acogieron positivamente la segunda ola de ataques de Occidente.

    "La comisión rechaza a tropas extranjeras en el terreno pero alentamos el bombardeo al Ejército de Gadafi", dijo Ahmed El-hasi, un portavoz de la coalición opositora 17 de febrero, que está basado en el bastión rebelde de Bengasi, donde se inició la revuelta.

    Afirmó que los rebeldes se coordinaron con las potencias internacionales para el lanzamiento de los ataques.

    "Hay conexión entre nosotros. Primero, para ubicar la posición de las tropas de Gadafi, y segundo, para ubicar la posición de nuestros combatientes a fin de que puedan dar en el blanco en los bombardeos", aseveró.

    Rebeldes de la ciudad controlada por rebeldes de Misrata parecían indicar que las fuerzas de Gadafi, en un cambio de tácticas forzada por los ataques aéreos, estaban intentando mezclarse con la población civil, lo que hace más difícil atacarlos desde el aire.

    Los rebeldes dijeron que mujeres y niños estaban siendo usados como "escudos humanos".

    "NOS COMERÁN VIVOS"

    La primera ola de ataques del sábado detuvo el avance de las fuerzas de Gadafi en Bengasi e impactó las defensas aéreas de Libia a fin de permitir que aviones occidentales patrullaran los cielos del país.

    La segunda ola de ataques aéreos occidentales de la madrugada del lunes también impactó las tropas de Gadafi alrededor de Ajdabiya, una ciudad estratégica situada en el este de Libia donde los rebeldes desean recuperar el control.

    "Si no obtenemos más ayuda de Occidente, las fuerzas de Gadafi nos comerán vivos", dijo el combatiente rebelde Mouh Musmari a Reuters.

    La intervención ordenada por la ONU tras una revuelta de un mes contra Muamar Gadafi llevó al secretario general de la Liga Árabe, Amr Mousa, a un aparente cuestionamiento sobre la necesidad de un intenso bombardeo, que según dijo causó la muerte de muchos civiles.

    Sin embargo, Mousa dijo el lunes que la Liga respetaba la resolución de la ONU, al tiempo que subrayó la necesidad de proteger a los civiles.

    Estados Unidos, que lleva adelante los ataques aéreos en una coalición con Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, entre otros, dijo que la campaña estaba funcionando y desestimó un anuncio de alto el fuego del Ejército libio hecho el lunes por la tarde.

    Henri Guaino, uno de los aliados más cercanos del presidente Nicolas Sarkozy, dijo que los ataques no estaban dirigidos a derrotar al líder autocrático que ha gobernado Libia durante 41 años, pero dijo a la radio RMC que éstos podían "durar un tiempo".

    El Ministerio de Defensa británico dijo que uno de sus submarinos había disparado misiles de crucero Tomahawk como parte de una segunda ola de ataques bajo la resolución de la ONU, pero indicó que una misión de la fuerza aérea fue suspendida debido a que había civiles en el blanco.

    La intervención en Libia es la mayor contra un país árabe desde la invasión de 2003 a Irak.

    La retirada del apoyo árabe dificultaría mucho más una tarea que según analistas podría ser una campaña militar complicada y de final abierto, con un resultado incierto.

    BENGASI NO ESTÁ LIBRE DE AMENAZA

    La ciudad oriental de Bengasi aún no está libre de amenaza, dijo Gortney, pero las fuerzas de Gadafi en la zona estaban disminuidas y "sufrían por el aislamiento y confusión" tras los asaltos aéreos.

    La noche de domingo, responsables libios llevaron a periodistas occidentales al complejo de Gadafi en Trípoli, un enorme sector de casas con sus centros privados y cuarteles militares y otras instalaciones, para ver lo que según dijeron era un ataque con misil ocurrido horas antes.

    A breve distancia de la jaima donde Gadafi recibía a sus invitados, el edificio de tres pisos yacía en ruinas y había un agujero en medio de su fachada. Estados Unidos dice que no tiene a Gadafi en su lista de blancos.

    Un portavoz militar libio anunció un nuevo alto el fuego el domingo, y dijo que "las fuerzas armadas libias (...) han emitido una orden a todas sus unidades militares para salvaguardarlo desde las 19.00 horas esta noche".