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Japón trata de reparar la energía en la planta nuclear
El peligroso y complejo desafío para alrededor de 300 trabajadores en la central Fukushima, 240 kilómetros al norte de Tokio, ha alterado a los mercados financieros mundiales y provocado una evaluación internacional de la seguridad nuclear.
En la planta, los ingenieros intentaban restablecer un cable eléctrico hacia dos de los seis reactores para poner en funcionamiento unas bombas de agua necesarias para enfriar unas barras de combustible nuclear usado.
Trabajadores también arrojaron agua sobre el reactor número 3, considerado como uno de los que está en situación más crítica.
Si esas técnicas fallan, la última opción sería enterrar la extensa planta, de 40 años de antigüedad, bajo arena y cemento, el método usado para sellar enormes filtraciones en Chernóbil en 1986.
Japón subió el nivel del incidente a 5 desde 4 en la escala INES de siete peldaños que evalúa la gravedad de los accidentes nucleares.
Eso coloca a la situación a la par del accidente de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979, aunque algunos expertos dicen que el panorama actual es más serio. Chernóbil se ubicó en el nivel 7 de la escala.
La agencia de la ONU sobre energía atómica dijo que la situación en Japón no se estaba agravando pero que continuaba como "muy seria".
La operación para evitar una fuga de radiación masiva ha opacado el aspecto humanitario de la crisis, la peor que vive Japón desde la Segunda Guerra Mundial, causada por un terremoto de magnitud 9 y un tsunami de 10 metros que arrasaron ciudades costeras y causaron miles de muertos.
Alrededor de 6.500 personas murieron por el terremoto y el tsunami y 10.300 permanecen desaparecidas. Se prevé que las cifras aumenten.
Unas 390.000 personas, incluyendo muchos ancianos que se quedaron sin hogar, afrontaban temperaturas gélidas en refugios en las áreas costeras del noreste. Hay escasez de alimentos, agua, medicinas y combustible para calefacción.
"Todo está perdido, incluyendo el dinero", dijo Tsukasa Sato, un peluquero de 74 años que sufre una enfermedad cardíaca, mientras se calentaba las manos en frente de una estufa en un refugio para personas sin hogar en Yamada, en el norte de Japón.
-- Posible trayecto de la nube de radiación: http://link.reuters.com/juz58r
-- Zonas de evacuación en Japón: http://link.reuters.com/fuz58r
-- Diagramas de partes del reactor: http://link.reuters.com/daq58r
El Gobierno admitió que podría haber tomado medidas más rápidas para lidiar con los múltiples desastres.
"Un masivo terremoto sin precedentes y un enorme tsunami sacudieron a Japón. Como resultado, ocurrieron cosas que no habían sido anticipadas en términos de la respuesta a un desastre general", reconoció el jefe de gabinete Yukio Edano en una rueda de prensa.
Millones de personas en Tokio continuaban encerradas el viernes, temiendo una explosión de material radiactivo en el complejo, aunque responsables de salud y el organismo supervisor nuclear de la ONU dijeron que la radiación no parece plantear un riesgo inmediato a la salud humana.
"Me voy porque mis padres están aterrorizados. Yo personalmente creo que esto va a terminar siendo la amenaza más insignificante del mundo", dijo Luke Ridley, un joven de 23 años de Londres, sentado en el aeropuerto internacional Narita mientras usaba su portatil.
"Probablemente volveré en un mes", agregó.
"SOLUCIÓN CHERNOBIL"
Incluso si los ingenieros restauran los sistemas de energía de la planta, las bombas podrían estar demasiado dañadas por el seísmo y el posterior tsunami como para funcionar.
El primer paso sería reponer la electricidad para bombear a los reactores 1 y 2 y posiblemente el 4 el sábado.
Para el domingo, el Gobierno espera que las bombas de refrigeración de los dañados reactores 3 y 4 tengan energía, dijo Hidehiko Nishiyama, portavoz de la agencia de energía japonesa.
"Si logran poner en marcha esas bombas eléctricas y pueden empezar a llevar agua al núcleo, deberían poder controlarlo en los próximos días", indicó Laurence Williams, de la University of Central Lancashire, en Reino Unido.
La última opción de enterrar los reactores dejaría partes de Japón inaccesibles durante décadas.
El Grupo de los Siete países más ricos (G-7) acordó sumarse a una inusual intervención concertada para detener el alza del yen, esperando calmar a los mercados financieros después de una semana agitada llena de ventas por pánico.
El dólar estadounidense repuntó más de 2 yenes a 81,8 unidades después del anuncio del G-7, alejándose del mínimo histórico de 76,25 que tocó el jueves.
El índice Nikkei de la bolsa de Tokio cerró con un alza de un 2,7 por ciento, recortando algunas de las pérdidas de la semana, en la que suma un declive de un 10,2 por ciento.
La apremiante situación de las personas que se quedaron sin hogar por el seísmo y en tsunami se agravó por una ola de frío que provocó intensas nevadas en las áreas más afectadas.
Casi 290.000 hogares en el norte seguían sin electricidad en medio de temperaturas cercanas a cero el viernes por la tarde, dijeron responsables. Al menos 940.000 personas estaban sin suministro de agua.
Grupos asistenciales dijeron que la mayoría de las víctimas están recibiendo atención, pero hay focos de personas muy vulnerables.
"Hemos visto niños sufriendo en el frío y sin elementos básicos como comida y agua potable", indicó Stephen McDonald, de Save the Children, en un comunicado el viernes.