Sarkozy y Royal se juegan el Elíseo: el candidato de la derecha, favorito
Los datos del último sondeo revalidan la ventaja de Sarkozy. Según el mismo, el candidato derechista en las presidenciales francesas obtendría un 54,5% de los votos de la segunda vuelta, contra el 45,5% para la candidata socialista. Tras las elecciones, el ritmo de las posibles reformas legislativas dependerá de quien acceda finalmente al Elíseo: Sarkozy trae bajo el brazo un plan de "urgencia" frente al concepto más reposado de Royal.
Un 84% (+2) de las personas interrogadas dicen estar seguras de su opción, contra un 14% (-2) que dicen que aún pueden cambiar de opinión hasta el domingo, mientras que un 2% (=) no opina.
La consulta fue realizada el jueves, al día siguiente del gran debate televisado que enfrentó el miércoles a los dos candidatos a la sucesión de Jacques Chirac, ante más de 20 millones de telespectadores.
El sondeo fue realizado por teléfono, con un muestreo de 1.000 personas representativo del conjunto de la población francesa mayor de 18 años, según el método de cuotas.
¿Qué decisiones tomará el ganador?
Si el representante de la derecha, Nicolas Sarkozy, vence hoy la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas como pronostican las encuestas, lanzará antes del verano las reformas en cuya urgencia ha centrado su campaña.
Por su parte, fiel a su concepto de "democracia participativa", la candidata socialista, Ségolène Royal, pretende tomarse todo el tiempo necesario para negociar los cambios con las fuerzas sociales.
Esa es la teoría. En la práctica, a la vista de lo que preparan para sus primeros 100 días, ni Sarkozy será tan brutal como le pintan sus detractores, ni Royal hará siempre su revolución con guantes de seda como imaginan sus partidarios. Estas son las principales cuestiones sobre las que el próximo jefe del Estado tendrá que pronunciarse rápidamente:
Trabajo y salarios
Sarkozy quería instaurar lo antes posible un tipo de contrato único, pero consciente de los recelos de los sindicatos, ha aplazado esa reforma al menos hasta el otoño, cuando se reunirá con la patronal y los sindicatos en cuatro grandes conferencias sobre salarios y condiciones de trabajo.
La explosiva regulación de los servicios mínimos en los transportes, prevista inicialmente en junio, se negociará hasta diciembre.
Una de las primeras medidas de Royal, que también se propone organizar una gran reunión sobre los salarios en junio, será la puesta en marcha de los 500.000 "empleos-trampolín", subvencionados, y la supresión del "contrato nuevo empleo" con un periodo de prueba de dos años.
En el orden del día figurarán también la extensión de las 35 horas a las pequeñas empresas y la modulación de las ayudas públicas a las empresas en función de sus compromisos salariales y de la estabilidad del empleo que ofrezcan.
Fiscalidad
El candidato de la derecha anunciará ya en julio el grueso de sus medidas: la defiscalización de las horas extraordinarias -con la que espera activar el crecimiento y aumentar el poder adquisitivo- y también la supresión casi total de los derechos de sucesión así como la deducción de los intereses de créditos para la compra de una vivienda de la renta imponible.
Royal no quiere precipitar su reforma de Hacienda, pero también podría anunciar en julio la supresión de diversas exoneraciones y del "escudo fiscal", instaurado por la derecha, que limita el total de los impuestos directos de una familia al 60 por ciento de su renta.
Energía
La campaña electoral ha paralizado varios asuntos en el sector como la fusión del grupo Gaz de France (GDF) y Suez. Royal aboga por anular la privatización de GDF, lo que daría al traste con un matrimonio al que no se opone Sarkozy. La socialista desea crear además un "polo público energético" con GDF y Eléctricité de France (EDF), aunque no ha precisado la forma que adoptaría ese conjunto.
Sarkozy, por el contrario, no descarta seguir abriendo el capital de EDF con la venta de un 17,3 por ciento, que reportaría al Estado 20.000 millones de euros y permitiría reducir la deuda. El candidato de la derecha confirmará la construcción de un reactor nuclear EPR de tercera generación, mientras la socialista pretende paralizarla e imponer una moratoria mientras organiza un debate público.
EADS-Airbus
Tanto Royal como Sarkozy han inscrito entre sus prioridades los problemas del grupo aeronáutico europeo, convertidos en arma arrojadiza durante la campaña, y los dos aspiran a un mejor gobierno de la empresa.
La aspirante socialista se ha comprometido a suspender la polémica reestructuración contemplada por el plan Power 8 y a reunir a los sindicatos. Royal propone también un aumento de la participación del Estado en el capital y la entrada de las regiones, mientras Sarkozy apuesta más bien por la búsqueda de socios industriales estables.
Unión Europea
Sarkozy ha anunciado ya que sus primeros viajes al extranjero le llevarán a Bruselas y Berlín, para negociar un mini-tratado europeo simplificado que se adoptará lo antes posible por vía parlamentaria.
El líder de la derecha quiere suspender toda ampliación hasta que la Unión Europea se dote de nuevas instituciones, emprender negociaciones sobre la futura Política Agrícola Común (PAC) e introducir cierto proteccionismo frente a la cuestión de la competencia en materia de política exterior.
Royal, por su parte, negociará con sus aliados europeos un nuevo tratado constitucional que someterá a referéndum en el año 2009 y coincide con Nicolas Sarkozy en sus críticas al Banco Central Europeo y a la política del "euro fuerte", aunque la mayoría de sus socios no les secunden. Mañana se sabrá cuál de estas dos tesis será la que dirija los designios de Francia en los próximos años.